El Papa recibe a un nuevo grupo de 9 refugiados sirios que estaban en la isla griega de Lesbos

Roma.- En otro fiel reflejo de su preocupación por los cientos de miles de migrantes que huyen de guerras y miserias, el Papa recibió a un segundo grupo de nueve refugiados sirios. Se trata de seis adultos y tres niños, entre los cuales hay dos cristianos.

Así lo anunció hoy el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, que recordó que en la visita relámpago de Francisco a la isla griega de Lesbos, en abril pasado, se había llevado de regreso a Roma, en su avión, a tres familias de refugiados.

Como en aquella oportunidad, los nueve refugiados son todos ciudadanos sirios que llegaron desde Turquía a la isla de Lesbos, donde permanecían en el campo de Kara Tepe, informa el diario argentino La Nación.

«La gendarmería vaticana, con la colaboración del Ministerio del Interior de Grecia, el Greek Asylum Service y la Comunidad de San Egidio, ha acompañado a los nueve refugiados desde Atenas hasta Roma ayer, jueves 16 de junio», dijo el padre Lombardi. También en esta oportunidad será la Comunidad de San Egidio -un movimiento católico romano que suele ayudar a inmigrantes-, quien se encargará de darle alojamiento y apoyo a este nuevo grupo, que será sustentado económicamente por el Vaticano.

El drama de los 60 millones de refugiados que hay en el mundo es una de las grandes preocupaciones de Francisco, especialmente en momentos en los que la Unión Europea se muestra dividida sobre cómo enfrentar la peor oleada de migrantes desde la Segunda Guerra mundial. El primer viaje de su pontificado, en julio de 2013, fue a la isla de Lampedusa, al sur de Sicilia, puerto de entrada de miles de migrantes que demasiadas veces mueren ahogados en el intento de alcanzar Europa.

Al llevarse de Lesbos en su avión a tres familias de refugiados, en abril pasado, el Papa predicó con el ejemplo su insistente invitación a abrirle las puertas y ayudar a quienes se ven obligados a abandonar su tierra.

Al recibir el 6 de mayo pasado el Premio Carlo Magno de Aachen, el más prestigioso de Europa, Francisco llamó a un «nuevo humanismo europeo» y volvió a denunciar las políticas anti-migrantes que proliferan en el Viejo Continente. «Sueño una Europa donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano; sueño una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía», dijo, sacudiendo a la dirigencia europea, que no dejará de notar el nuevo gesto del Papa de acoger a un segundo grupo de refugiados.