Especialista aboga por potenciar la colaboración público–privada

Asunción, IP.-  Potenciar las colaboraciones entre los sectores público y privado en áreas específicas, pasando de las palabras a propuestas concretas que conlleven la conformación de equipos de trabajo y la búsqueda de resultados, es un paso necesario para el Paraguay según señala el especialista Diego Duarte en su artículo «Colaboración Público–Privada: Factor Determinante en el Proceso de Desarrollo».

En su artículo publicado en la edición N° 40 de Economía y Sociedad, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP), Duarte señala que “en el momento actual del Paraguay y la región, en el que la mayoría de países experimenta desaceleraciones económicas (…), adquieren especial relevancia las opciones que un país como el nuestro puede activar por cuenta o iniciativa propia».

«Es aquí donde sería donde sería conveniente que se potencien las colaboraciones entre los sectores público y privado», afirma.

El autor reflexiona que “en el Paraguay se observa una importante desconexión entre los sectores público y privado, incluyendo a la academia, cuyas causas pueden ser variadas. «Pareciera reinar la visión del Estado paternalista que debe proponer, impulsar y gestionar, de forma casi solitaria, las iniciativas de desarrollo o reformas, sin que existan propuestas proactivas concretas por parte del sector privado, salvo honrosas excepciones», sostiene.

Como ejemplo, Duarte menciona el proyecto de ley que regula los fondos de pensiones que, a pesar de su alta importancia para el país, no ha contado con el apoyo o acompañamiento decisivo del sector privado, cuando los beneficios de una adecuada regulación podrían alcanzar a amplios sectores de la población, incluyendo obviamente al sector privado.

«En sucesivos gobiernos se ha visualizado que lo urgente ha primado sobre lo importante en términos generales, lo que ha limitado la capacidad de establecer espacios de colaboración o equipos de trabajos específicos para concretar planes estratégicos o reformas en un espacio de tiempo prudencial. Esto probablemente ha desmotivado a diferentes actores del sector privado a presentar propuestas o a involucrarse en determinados proyectos», evalúa el especialista.

Otro factor que limita las posibilidades de asociación, según considera, es la desconfianza, a causa de la cual se tiende a dudar de las intenciones de una propuesta y se supone que tal vez beneficiará exclusivamente a un determinado grupo o sector.

Igualmente los gremios empresariales tienden a enfocarse en el análisis y defensa de intereses o problemas concretos de forma reactiva, y no en aportar recursos humanos y financieros que permitan generar propuestas innovadoras, concretas y realizables, que impacten positivamente en la economía y, de paso, beneficien al mismo gremio, considera Duarte.

«Quizás dicha situación tenga su explicación en el desinterés por afectar un statu quo que, con sus ineficiencias, genera igualmente retornos razonables a un determinado sector, aplazando beneficios para varios otros sectores», menciona.

El especialista considera que, probablemente, haría falta articular coordinaciones a nivel país entre diferentes gremios y actores de la sociedad civil para echar a andar procesos de diálogos público privados que desemboquen en reales y significativos procesos de desarrollo de políticas públicas, que además sean creíbles y sostenibles más allá de los tiempos políticos.

El autor concluye diciendo que “el Paraguay atraviesa años que podrían ser claves en su desarrollo. Sería bueno que los sectores público y privado aúnen esfuerzos para llevar a cabo reformas que destraben ciertos cuellos de botella de nuestro desarrollo y sacar provecho de nuestra localización geográfica estratégica, de las ventajas comparativas con relación a países como Brasil y Argentina en términos de costos de producción, y de la demanda que nuestros productos agrícolas seguirían teniendo en el resto del mundo”.