Asunción.- Crear «supermanzanas» de calles peatonales, y aprovechar las especies de árboles autóctonos de Paraguay, son algunas de las propuestas del experto español Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, para hacer más transitable el centro histórico de Asunción.
Según el experto español, cerca del 70 % de las calles de Asunción podrían ser peatonales e integrarse en el interior de «supermanzanas» o grandes manzanas de calles rodeadas de vías por las que sí estaría permitido el tráfico rodado.
«Es necesario que el espacio público se democratice, y que los ciudadanos transiten por él a pie, lo ocupen, se apropien de él. Eso también influye en la seguridad de estos lugares», destacó Rueda.
Según el experto, la capital paraguaya dispone de espacios públicos destinados al desplazamiento, «pero a un desplazamiento que no es a pie, sino con vehículos particulares», según señaló en una entrevista con Efe.
La preferencia por el uso del automóvil se explica porque las actividades comerciales y los servicios se concentran en el centro de la capital.
Sin embargo, este centro se encuentra poco habitado, debido a que muchos de sus antiguos pobladores migraron a localidades periféricas como Fernando de la Mora, Luque o San Lorenzo, buscando «mejores expectativas de vivienda».
La división entre el centro y la periferia supone que cada día un millón y medio de vehículos ingresen al centro de Asunción, el 80 % de los cuales proceden de su área metropolitana, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El flujo diario de vehículos genera problemas de tránsito y una elevada contaminación ambiental, problemáticas para las que Rueda propone dos soluciones radicales: más calles peatonales, y más árboles en esas calles.
En estas calles peatonales se deberán plantar más árboles de gran porte, como los lapachos típicos de Paraguay, que creen una bóveda que ayude a mitigar las elevadas temperaturas que registra Asunción durante los meses de verano, y que se perciben con más intensidad en zonas rodeadas de asfalto, cemento y pavimento, como el centro.
Además, Rueda subrayó el valor paisajístico de estos árboles para embellecer ciertas zonas de la ciudad.

Sus propuestas, que por el momento se dirigen sólo al centro histórico de la ciudad, cuyo eje es la calle Palma, pasan también por «crear las condiciones que atraigan a más población» a residir en este área, casi deshabitada los fines de semana.
En paralelo, Rueda sugiere dotar a las zonas periféricas de las suficientes actividades económicas y servicios como para evitar que sus habitantes tengan que desplazarse a diario a la capital, y reducir así el tráfico, el tiempo diario destinado a desplazamientos, y la polución.
Agregó que estas actividades económicas pueden además generar desarrollo en áreas suburbanas de Asunción caracterizadas por un modelo de «rurbanidad»: están habitadas por personas emigradas desde el campo, que mantienen prácticas rurales como el cultivo de alimentos para la subsistencia o la cría de pequeños animales de granja.
Rueda visitó Asunción esta semana para asesorar al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) acerca de la remodelación de la calle Palma y el proyecto para su peatonalización, que forma parte de las iniciativas para revitalizar el centro histórico de la capital paraguaya.
Este área de la ciudad, próxima al puerto y la bahía sobre el río Paraguay, concentra edificios históricos como el Cabildo o la Casa de la Independencia, alrededor de los cuales creció Asunción.
En los últimos años, la zona ha sido objeto de un plan para su recuperación, conocido como Plan CHA, cuya gestión recayó en el estudio arquitectónico español Ecosistema Urbano.