La mayor central obrera argentina se reunifica con duras críticas a Macri

Buenos Aires.-Más del 70% del padrón respalda al triunvirato que conducirá la Confederación General del Trabajo.

Mauricio Macri ha conseguido en unos meses lo que parecía imposible un año atrás, la unificación de la plana mayor del sindicalismo argentino, casi una monarquía paralela. «Lo ideal es secundario cuando lo importante es la unidad», declaró ante miles de congresistas el gremialista Héctor Daer tras ser elegido como integrante del triunvirato que conducirá la mayor central obrera de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT).

Daer, representante del sindicato de Salud, compartirá la dirección con el portuario Juan Carlos Schmid -mano derecha del extitular de la CGT-Azopardo, el líder camionero Hugo Moyano- y el legislador bonaerense Carlos Acuña, referente del personal de estaciones de servicio, informa el Diario Español El País.

Los nuevos dirigentes fueron elegidos por más del 70% del padrón de la histórica central obrera en un congreso celebrado en Buenos Aires y marcado por las críticas al actual Ejecutivo.

«Estamos frente a un viraje a la derecha. Sabemos de dónde viene y a dónde va, en búsqueda de nuestras conquistas sociales», señaló Schmid en el estadio porteño de Obras Sanitarias, donde se realizó el congreso.

«El Gobierno tiene solo funcionarios de sectores empresarios, solo escucha una voz. Pero los trabajadores nos estamos organizando para llevarle los reclamos en unidad», agregó Acuña, entre aplausos de los 1.582 delegados acreditados y los gritos de «oé oé, hay una sola cegeté».

Entre los puntos que encabezan la agenda sindical está la inflación – que casi duplica el objetivo inicial del Gobierno, que estaba entre el 20% y el 25% anual-, la protección de los puestos de trabajo y el rechazo a la apertura indiscriminada a las importaciones, que han empezado a causar estragos en la industria y la agricultura.

La principal reivindicación de los últimos años, la eliminación del impuesto a las Ganancias -que grava los salarios del 15% de los asalariados con mejores sueldos- ha quedado relegado a un segundo plano ante el aumento de los despidos y el deterioro del poder adquistivo de los trabajadores.

El destino del sindicalismo argentino está en manos exclusivamente masculinas. La reunificación de la gran central obrera del país suramericano ha vuelto a tener como grandes perdedoras a las mujeres. De los 27 altos cargos de la lista única de la CGT votada este lunes, solo dos son mujeres: Sandra Maionano, secretaria de Salud, y Noemí Ruiz, secretaria de Igualdad de oportunidades y género.

La infrarrepresentación femenina no se limita a la cúpula de la CGT. También las otras dos centrales obreras (la CTA de Pablo Micheli y la CTA de Hugo Yasky) están dirigidas por hombres, así como los principales sindicatos del país austral. Incluso en aquellos donde las trabajadoras son una amplia mayoría, como Comercio, las mujeres no alcanzan los puestos decisivos.

«Quieren que compitamos con China. Es imposible. En China no hay vacaciones y no pagan impuestos. Vamos a defender el plato de comida argentino, si ellos quieren defender el plato de comida chino les va a ir muy mal», advierte el exjefe de la CGT oficialista y líder de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló.

El líder metalúrgico, exaliado del kirchnerismo, es uno de los más críticos con la entrada de productos importados facilitada por el Gobierno, aunque con limitaciones muy superiores a la de países vecinos, como Chile. Caló instó a defender la producción argentina y Daer lo secundó: «Quieren instalar una falsa dicotomía: o comprar barato o pelear por el trabajo. Tenemos que pelear por las dos cosas».