Asunción, IP.- El exfutbolista Roberto Cabañas, que este lunes falleció a los 55 años de edad, fue un ídolo respetado a nivel mundial debido a su gran capacidad atlética y profesionalismo, destacó el periodista deportivo, Gabriel Cazenave, en conversación con Radio Nacional del Paraguay.
«Era un hombre con mucha capacidad física que era producto de un cuidado especial suyo; el se preocupó mucho por cultivar su físico de manera que pudiera desarrollar su actividades deportivas con mejores posibilidades de éxito y lo logró; fue un jugador muy respetado en todo el mundo».
De esta manera recuerda Cazenave al ídolo del fútbol profesional que triunfó en Francia, Estados Unidos, Colombia, Argentina, y fue parte de una brillante generación que hizo historia en la selección paraguaya.
«El fue protagonista de la participación de Paraguay en el Mundial de 1986 en México. Si bien no fue allí donde Paraguay logró su mejor participación, porque eso ocurrió en Sudáfrica 2010, ese fue según muchos el mejor equipo que Paraguay llevó a una Copa del Mundo», relata Canezave.
Cabañas fue parte de una selección integrada, entre otros, por Julio César Romero, Adolfino Cañete, Ramón Hicks, Jorge Amado Nunez, Roberto Fernández y Rogelio Delgado. Esta fue una gran generación de futbolistas que salió airoso en una serie que parecía muy dificil avanzar a la ronda siguiente, en el mundial de México 1986.
«En ese mundial, Paraguay empató con el local, México, en el Estadio Azteca, con más de 120.000 espectadores, posteriormente ganó a Irak, que era teóricamente el más débil del grupo, y luego, en un duelo por la clasificación, empató con Bélgica. Justamente ese fue el partido de mayor relieve de Roberto Cabañas ya que él marcó los dos goles del equipo paraguayo y ambos con la plasticidad que el tenía como estandarte en su propuesta futbolística», recuerda Cazenave.
Además de con la selección paraguaya, Cabañas fue ídolo en Colombia, sobre todo en América de Cali, equipo con el que llegó a tres finales de la Copa Libertadores en la década de 1980. «A pesar de que los tres intentos de llegar a la Copa no prosperaron, porque perdieron tres finales, eso no un estancamiento en su carrera», afirma Cazenave.
Cabañas también triunfó en el fútbol de Francia, donde jugó en el Brest y el Olimpique de Lyon. Después de Francia desembocó en Boca Juniors, de Argentina, donde fue un verdadero ídolo. «El jugó en la época del maestro Tabarez, el actual técnico de la selección uruguaya, que le devolvió a Boca conquistas que se le negaban en los años anteriores», refiere Cazenave.
En Argentina, Cabañas es recordado «no solamente por su juego sino por la forma en que se identificó con Boca Juniors y el estilo pícaro que tenía para jugar y para declarar, lo que hacía que la hinchada lo idolotrara porque se adentró mucho en lo que era el sentimiento de Boca Juniors», señala el periodista deportivo.
Con Boca, Cabañas conquistó la copa Apertura y la Copa Máster en 1992, anotando 16 goles en 60 partidos.
Luego jugó en el Independiente de Medellín y se retiró jugando en Cartagena de ese país.
Cazenave destaca que Cabañas es recordado «no solamente por lo que hizo en el futbol profesional sino también en aquella incipiente liga norteamericana, que ahora sí se ha consolidado, de la que él participó en los años 80 cuando el Cosmos de New York empezó a llevar a estrellas incluyendo a Pelé, Cabañas y ‘Romerito'».
Posteriormente, inició una carrera como entrenador que no duró mucho y finalmente trabajó la crítica deportiva en medios televisivos y radiales, donde se destacó por su particular estilo verborrágico y directo.
«El siempre fue muy verborrágico, sabía declarar para provocar el clima previo a un partido y en la cancha también utilizaba algunas picardías, que eran cuestionadas por muchos porque se consideraban antideportivas, pero que el las trataba de utilizar en beneficio de su equipo y eso lo convirtió en un verdadero ídolo», según Cazenave.
Como futbolista, Roberto Cabañas, tenía una calidad técnica y una capacidad de definición mediante la cual llegó a marcar casi 200 goles en su carrera.
Como anécdota que da una idea de la talla de Cabañas, Cazenave recuerda que cuando el venía para jugar por la selección paraguaya, pedía a las autoridades de la Liga Paraguay de Fútbol que le pusieran un avión para ir hasta Pilar a visitar a su familia y después venir a acoplarse a los trabajos de la selección. «Eso daba la pauta de que era una gran estrella y que tenía además un gran aprecio a su tierra natal», concluyó Cazenave.