Información para prevenir desastres no se ponen en práctica, dice experto

Asunción.- El experto británico Allan Lavell explicó que actualmente hay mucha información y datos para la prevención y reducción de riesgos de desastres por fenómenos naturales, sin embargo dijo que existe un cortocircuito comunicativo que impide que todo ese caudal se transforme en acciones concretas.

«Hay un problema severo, (…) Uno ve que hay mucha información disponible y los científicos no comprenden por qué los tomadores de decisión no operan en función de la información que ellos hacen disponible.», afirmó el británico en una entrevista a EFE.

Lavell, quien se encuentra en Asunción para transmitir a las autoridades paraguayas de la importancia de la información en la reducción de riesgos de desastres, añadió que si bien la tendencia es mejorar la gestión del riesgo, la realidad indica que las «pérdidas se van acelerando».

«Parece claramente que no se transforma gran parte de la información en acción. Los datos muestran claramente que, a pesar de todas nuestras acciones a favor de la gestión del riesgo, los daños y las pérdidas se van acelerando mucho más en nuestro intentos de reducir. Hay una disfunción entre ello», añadió.

En este sentido, Lavell señaló que en muchos casos las autoridades no tienen la capacidad para convertir en acciones todas esas informaciones, pero que en otros se hace caso omiso debidos a «consideraciones económicas, políticas, de comprensión, de entendimiento… de otros elementos».

Asimismo, señaló que en ocasiones las poblaciones también contribuyen a aumentar los riesgos al aceptar vivir en lugares de los que se tiene datos de que son proclives a sufrir eventos naturales como inundaciones, deslizamientos o sequías.

«La mayoría (de los desastres) son previsibles porque sabemos que hay países sujetos a sequía, a inundaciones, a vendavales… sabemos que Haití, por ejemplo, es un país sujeto a huracanes y hay un mapeo histórico de eventos. Es decir, hay información», dijo Lavell.

Agregó como un segundo ejemplo el sismo de magnitud 6,6 en la escala de Richter de febrero de 2001 en El Salvador, cuando «todo un barrio con 500 personas fue arrasado por un deslizamiento en un zona que es conocida que es sujeta a amenazas».

Con base en esos ejemplos, Lavell afirmó que el trabajo a nivel internacional en reducción de riesgo de desastres ante potenciales eventos naturales, debe tener la información como un elemento transversal para evitar caer en los mismos errores del pasado.

El experto advirtió que los registros documentales, que deben estar actualizados, son una fuente importante en donde buscar cómo cambiar el desarrollo social en base a los desastres ya ocurridos, y con ello reducir el riesgo que existía en el pasado.

Asimismo destacó la necesidad de analizar tras un desastre la «no-pérdida», es decir, las acciones que sí funcionaron en el pasado para atenuar o evitar el riesgo en caso de evento natural y de esa manera, copiar el patrón de conducta para minimizar el riesgo futuro.

«Históricamente siempre hemos gestionado el riesgo. Lo que nunca medimos es si no hubiera riesgo. Los que construyen casas bien, los olvidamos, no los estudiamos. Solamente estudiamos a los que no lo hacen. Nuestra información es sesgada por el lado de la inactividad», dijo el experto. EFE