Viaje de Merkel a EE UU busca cooperación y lucha contra proteccionismo

Berlín.- La canciller federal alemana, Angela Merkel, se enfrenta a un difícil dilema en su primer viaje a Washington desde que el magnate de los bienes raíces Donald Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos.

Por un lado deberá salvar la relación bilateral germano-estadunidense, pero al mismo tiempo abogar por la defensa de los valores europeos, el multilateralismo y el libre comercio, en contraposición al proteccionismo impulsado por el millonario.

La visita, que inicia este lunes y que alcanzará su punto álgido con el encuentro agendado el martes en la Casa Blanca, ha generado una gran expectación, ya que Alemania fue uno de los gobiernos europeos que manifestaron abiertamente sus críticas a Trump, a sus declaraciones y a su política.

También está previsto que Merkel se reúna con el vicepresidente Mike Pence y el asesor de Seguridad Nacional, Herbert Raymond McMaster.

Por un lado, Merkel tendrá que abogar por continuar la cooperación a los dos lados del Atlántico, pero no cualquier tipo de cooperación, sino basada en valores democráticos y enfocada desde el multilateralismo.

Tras la victoria de Trump, Merkel le recordó los valores democráticos fundamentales que consideró que se violaron durante la campaña y llegó a poner condiciones para estrechar la colaboración.

Entre ellas que Washington garantice la democracia, la libertad, el respeto a los derechos y a la dignidad de las personas independientemente de su origen, religión, sexo o convicción política.

Frente al bilateralismo impulsado por Trump, que prefiere negociar de forma individual con los distintos países, Merkel dijo hace unos días que dejará claro la importancia de la Unión Europea (UE) como grupo indivisible.

“Por supuesto, le diré que para nosotros el Estado nacional y la Unión Europea son dos caras de la misma moneda”, dijo la canciller federal el viernes, al término de la cumbre de jefes de Estado y gobierno en Bruselas.

Merkel aseguró que dejará claro las competencia compartidas con la UE, como la del comercio. Trump prefiere firmar acuerdos comerciales bilaterales en lugar del TTIP entre Estados Unidos y la UE.

Pero para que un país de la UE firme un acuerdo comercial con Washington tendría que salir del mercado común europeo. Políticos de la Unión Democristiana (CDU) de Merkel pidieron que se haga hincapié en la importancia del TTIP y que se recupere su negociación.

Se espera que Merkel critique por ello la política proteccionista que impulsa Trump desde que llegó a la Casa Blanca el 20 de enero e intente limitar las limitaciones comerciales que impulsa Trump.

La ministra alemana de Economía, la socialdemócrata Brigitte Zypries, hizo este domingo un llamado a que Estados Unidos apueste por el mercado abierto.

La política comercial podría ser el aspecto más difícil del viaje, al que acudirán también los presidentes de grandes empresas alemanas como Siemens, Joe Kaeser, y BMW, Harald Krüger.

Trump ha criticado en varias ocasiones el superávit comercial alemán frente a Estados Unidos, que en 2016 alcanzó los 49 mil millones de euros. Berlín exporta considerablemente más de lo que compra a Washington, que es el principal mercado exterior de Alemania.

Trump ha amenazado por ello con poner tasas a los productos germanos, lo que según expertos alemanes, violaría las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esas tasas afectarían sobre todo a la industria del automóvil.

Sin embargo, alertó Zypries, de esos impuestos saldrían perdiendo todos, porque las automotrices alemanas también tienen una alta producción dentro de Estados Unidos, donde junto a sus suministradoras suman más de 260 plantas en ese país y emplean a más de 110 mil personas.

Además, los analistas alemanes alertan que esas tasas aduaneras serían un fuerte golpe la economía mundial en su conjunto.

En cuanto a las diferencias entre Estados Unidos y el resto de miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en relación a las exigencias de Washington de que aumenten su gasto militar, la oposición alemana pidió a Merkel que rechace esa exigencia.

La Izquierda y los Verdes creen que Merkel debe manifestar su rechazo al aumento del gasto militar de los miembros de la OTAN al dos por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), pese a que a ello se comprometieron los Estados miembros en 2014.

La líder de la fracción de la Izquierda, Sahra Wagenknecht, considera que la alianza atlántica es por sí un problema porque está dominada por Estados Unidos y los intereses europeos son dejados en segundo plano. Además advierte contra el rearme del Estados Unidos de Trump, sin que nadie sepa hacia dónde dirige su política exterior.

En Alemania todos reconocen la dificultad de la misión. El líder de los socialdemócratas en el Parlamento, Thomas Oppermann, calificó el viaje de Merkel como un ejercicio de equilibrismo.

Al margen de aspectos concretos, los expertos alemanes consideran sin embargo que el objetivo máximo del viaje será impulsar la cooperación transatlántica y recuperar la confianza mutua para poder resolver las diferencias mediante el diálogo.

Ante la personalidad narcisista del magnate, un psicólogo estadunidense llegó a decir al dominical sensacionalista alemán Bild am Sonntag que Merkel conseguiría un gran efecto si llevara algún tipo de adorno o joya de la colección de la hija de Trump, Ivanka Trump.

“Ello impresionaría al presidente, por triste que suene”, dijo John Gartner, de la Universidad John Hopkins.Notimex.

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