Asunción, IP.- La Cámara de Senadores interpeló, este martes, al ministro del Interior, Francisco de Vargas y al viceministro de Seguridad, Javier Ibarra, por el polémico audio del narcotraficante Ezequiel de Souza, en donde afirmaba que policías, jueces y fiscales reciben dinero por parte del crimen organizado para trabajar sin problemas. Por su parte el ministro de la Senad comparecerá mañana.

Más de tres hora duró la interpelación a De Vargas y en la oportunidad respondió a todas las preguntas hechas por los legisladores.

Francisco de Varga respondiendo a las preguntas de los senadores.
Francisco de Varga respondiendo a las preguntas de los senadores.

Ante la consulta, si conocía los hechos denunciados por De Souza cuando ejercía las funciones de ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), el secretario de Estado dijo que nunca tuvo un encuentro personal con el detenido y restó credibilidad a los dichos del narcotraficante.

Comentó que llegó a escuchar y que inclusive el entonces director de Operaciones y actual ministro de la Senad, Luis Rojas, le había mencionado que escuchó sobre los supuestos pagos a policías, fiscales por parte de narcotraficantes pero como nunca se elevó una denuncia formal, no lo creyó.

Cuando fue abordado si el presidente de la República, Horacio Cartes, le comunicó sobre la existencia  de una grabación, respondió que el jefe de Estado no le habló del audio pero si le dio instrucción para que se comunique con el senador Arnaldo Wiens.

En cuanto a la visita que le hicieran los senadores Arnaldo Wiens y Arnaldo Giuzzio, el 10 de noviembre de 2014,  y si le informaron de los hechos denunciados por el narcotraficante, De Vargas dijo que a raíz de la directiva Cartes le llamo a Wiens, y acordaron una reunión.

En ese encuentro le hicieron escuchar parte del audio, que no fueron más de cinco minutos.

El ministro reiteró que no le entregaron la grabación y defendió al viceministro de Seguridad,   Javier Ibarra. En tal sentido dijo que confía plenamente en él y si tiene que ir a su casa por creer en él está dispuesto a ir una y mil veces, si es necesario.

En otro momento señaló que en la entrevista que tuvo con los senadores recomendó al comisario  Gilberto Fleitas para la investigación respectiva, pero bajo el compromiso de que serían los legisladores quienes realizarían la denuncia formal.

Los parlamentarios le cuestionaron sobre la inacción del Ministerio del Interior, ante la gravedad de la denuncia, en tanto que el secretario de Estado reiteró en varias ocasiones que no se puede dar el carácter de informante a un narcotraficante que a su vez es adicto a las drogas.

Javier Ibarra

A su turno el viceministro señaló que conoció al mencionado narcotraficante durante el operativo Águila Negra, cuando fue capturado en noviembre del 2012, con más de 1.700 kilogramos de cocaína en el departamento de Canindeyú.

El funcionario de Estado se ratificó que las acusaciones hechas contra el ministro de la Senad, horas después de hacerse pública la grabación, fue una reacción del momento y que se extralimitó atribuyéndole que «él es capaz de matar y que no pasaría el polígrafo».

Luis Rojas

El ministro de la Senad también debía ser interpelado este martes por el mismo caso, pero los senadores declararon cuarto intermedio y pasa para mañana jueves a las  10:30.

La interpelación a las autoridades de seguridad guarda relación con el audio de la entrevista al narcotraficante Ezequiel de Souza, hecha por el senador Arnaldo Giuzzio, en noviembre de 2014.

Giuzzio junto a su colega Arnoldo Wiens, visitaron a De Souza en su lugar de reclusión, la Senad, a pedido de Luis Rojas.

En el audio se implicaba al viceministro de Seguridad Interna, Javier Ibarra, como uno de los funcionarios de la Fiscalía –por aquél entonces- que recibía dinero de los narcotraficantes para no obstaculizar las actividades del narcotráfico.

Ezequiel De Souza fue preso por la Senad, tras el operativo denominado Águila Negra, en el que fue incautado de su poder un total de 1.748 kilos de cocaína, 5 avionetas, una flota de vehículos y armas de todos los calibres, con las que custodiaban un centro de operaciones del narcotráfico, en el departamento de Canindeyú.

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