Caacupé, IP.- El monseñor, Claudio Giménez, durante la misa central del Día de la Virgen de Caacupé, instó a los políticos a trabajar en equipo con Dios, buscando el bien común de todos los paraguayos.
El Obispo de la Diócesis de Caacupé, expresó que «mejor resulta si se trabaja en equipo con Dios, buscando el bien de todos, no buscando el bien de algunos correligionarios, o de algunos parientes o de algunos secretarios o secretarias», enfatizó.
Giménez afirmó además que todos poseemos una fuerza interior que evita que nos corrompamos pero que si lo hacemos es porque no nos han enseñado «Si nos corrompemos, será por falta de formación. Porque no se nos enseñó que no hay que robar, o porque nuestros padres no nos enseñaron a ser honestos», afirmó el religioso.
Así también criticó la soberbia indicando que es la expresión de la desobediencia hacia Dios. «A veces somos soberbios en la Iglesia o con algún cargo pastoral, como políticos y gobernantes, también podemos ser soberbios como deportistas o profesionales, o empresarios», dijo, expresando sin embargo que el “Padre nos ayuda a superar nuestras maldades y nuestros pecados»
En otro momento el monseñor Claudio Giménez expresó que «denigrar al otro o agredirlo para ganar elecciones «no cae simpático a nadie» y mencionó que los ataques en Francia y la deforestación de nuestros bosques son situaciones muy negativas y repudió la violencia armada y contra la mujer, así también contra los inocentes e hizo referencia a leyes que atentan contra la vida.
Asimismo criticó el recorte de presupuesto para alrededor de 30.000 no videntes y el aumento de recursos para los partidos políticos.
Finalmente, el monseñor hizo referencia a las obras de misericordia corporales y espirituales que deben ser practicadas por los cristianos.
Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, recibir al forastero, atender a los enfermos, visitar a los presos y enterrar a los muertos son algunas de las obras que nos pide Dios.
En cuanto a las obras espirituales indicó que uno de ellas es corregir a quien se equivoca. “No hay que tener miedo a corregirlos, consolar al triste, perdonar las ofensas que cuesta mucho aquí, soportar con paciencia a las personas molestas, finalizó diciendo.