Caacupé, especial IP.- Una vez más la fiesta espiritual en la ciudad de Caacupé contó con una gran afluencia de peregrinantes. Sin importar el calor o la incomodidad de dormir en el piso, los fieles se agolparon en los alrededores de la Basílica para ser participes de la emotiva celebración eucarística, a las 06:00, presidida por el monseñor, Claudio Giménez.

“Venimos siempre por nuestra vida, por nuestros sueños, porque acá se está en casa, y lo mejor es saber que alguien nos espera”, decía el papa Francisco, en su homilía de aquel 11 de julio del 2015, y hoy más que nunca, esa frase describe el amor y la entrega de muchos feligreses, que fueron en gran masa para retribuir ese cariño recibido por la virgen de los milagros de Caacupé.

Un novedoso retablo hecho básicamente con elementos del campo engalanaba a la virgen durante la celebración eucarística.
Un novedoso retablo hecho básicamente con elementos del campo engalanaba a la virgen durante la celebración eucarística.

Al ser consultado sobre la sensación que la iglesia percibe al ver tanta gente peregrinando,el monseñor Mario Melanio Medina destacó que “son movidos por la fe, esto es un patrimonio que se ha construido por tantos años, a través de santos cristianos, especialmente la virgencita de los milagros de Caacupé”.

Minutos antes de la eucaristía central, se realizó una procesión al son de “Virgencita de Caacupé”, entre pañuelos blancos, lagrimas y flashes de cámaras fotográficas, la Virgen Serrana hacia un pequeño recorrido en la plazoleta ubicada frente a la Basílica.

Puntalmente a las 06:00, arrancó la misa con el lema “Misericordiosos como el Padre”, se destacaron presencia de autoridades nacionales sobre todo la del presidente de la República, Horacio Cartes.

El monseñor instó durante su homilía a los políticos a trabajar en equipo con Dios, buscando el bien común de todos los paraguayos. El Obispo de la Diócesis de Caacupé, expresó que “mejor resulta si se trabaja en equipo con Dios, buscando el bien de todos, no buscando el bien de algunos correligionarios, o de algunos parientes o de algunos secretarios o secretarias”, enfatizó.

Tras la finalización de la misa central, el presidente señaló que las palabras del monseñor, deben ser tomadas con «mucha sabiduría y misericordia”. El mandatario muy conmovido por la celebración litúrgica  realizó una breve entrevista a los medios de comunicación presentes.

La celebración eucarística culminó con la apertura simbólica de las puertas de la “Basílica Menor de Caacupé”, nombrada por el papa Francisco durante su visita en julio pasado, para inaugurar el Jubileo de la Misericordia.

Así lentamente las miles de personas se iban retirando conformes por haber cumplido un año más de promesa a la virgen de Caacupé, esperando volver en doce meses, con esa inquebrantable fe, que caracteriza a los fieles católicos paraguayos.

Majestuoso lucia la Basílica de Caacupé
Majestuoso lucia la Basílica de Caacupé