EI trata de asaltar el mayor puerto petrolero de Libia

Trípoli.- En un intento por ampliar su territorio y engrosar sus arcas, la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico (EI) intentó hoy asaltar el puerto petrolero de Sidra, el mayor de Libia, defendido por milicias leales al gobierno de Tobruk.

Responsables de seguridad en la vecina localidad de Ajdabiya explicaron a Efe que la primera acometida fracasó gracias al apoyo aéreo del Ejército afín a Tobruk y que en ella perecieron varios combatientes de ambos bandos.

Entre los yihadistas supuestamente fallecidos figuraría uno de los principales comandantes de la organización, identificado como Abu Himam al Tunisi, agregó.

La fuente detalló que los radicales llegaron a bordo de unos «70 vehículos todo terreno», algunos de ellos artillados y con el pendón negro del EI flameando, y que durante la batalla también perecieron dos agentes de seguridad.

Tanto el puerto petrolero mediterráneo de Sidra como el vecino de Ras Lanuf están bajo el control del líder miliciano y señor de la guerra libio Ibrahim Yidran, aliado del general Jalifa Hafter, jefe del Ejército leal al gobierno en Tobruk.

Ambas terminales de exportación de crudo permanecen cerradas desde hace un año a causa de los ataques aéreos y los combates entre las facciones rivales.

«Su objetivo era intentar tomar el control del puerto petrolero», precisó la fuente antes de añadir que aviones de combate procedentes de una base en la ciudad septentrional de Misrata y bajo el mando del Hafter contribuyeron a la defensa con bombardeos desde primera hora de la mañana.

Contactado por Efe, el portavoz de la Compañía Nacional de Petróleo (CNP), Mohamed al Harari, indicó que los ataques causaron daños materiales en los depósitos de la compañía libia Al Harruj, en los que al parecer había almacenado el equivalente a unos 420.000 barriles de crudo.

El intento de asalto supone una intensificación de la ofensiva en Libia de los yihadistas, que en 2015 aprovecharon el conflicto político y militar entre los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk para asentar su posición y ampliar su territorio.

En el últimos doce meses los radicales se han establecido en la localidad de Derna, fronteriza con Egipto, han penetrado en barrios de la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia del país, y han conquistado la mayor parte de Sirte, urbe costera situada a unos 450 kilómetros de Trípoli.

Además, han puesto cerco a las principales instalaciones petroleras del país y penetrado en la ciudad de Sabratha, a medio camino entre la capital y la frontera con Túnez.

El ataque a Sidra coincidió hoy con nuevos enfrentamientos entre las fuerzas afines a Hafter y las milicias islamistas leales a Trípoli en Bengasi, bajo asedio de las primeras desde mayo de 2014.

Responsables de seguridad en esa urbe aseguraron a Efe que antiaéreos de las milicias «Maylis al Shura» derribaron hoy un avión militar de las fuerzas de Tobruk en la localidad de Sidi Mansur, en el sur de Bengasi, tras recibir un ataque contra sus posiciones en los barrios de Buatni y Al Laiti.

Según su relato, las milicias afines a Trípoli utilizaron un misil tierra-aire para abatir la nave, que estalló en el aire segundos después de que el piloto saltara en paracaídas.

Bengasi es víctima desde hace más de año y medio de un intenso asedio por parte de las fuerzas de Hafter, un general que participó en el golpe de Estado que en 1968 permitió la subida al poder del fallecido Muamar al Gadafi.

Convertido en los pasados años 80 en uno de los principales opositores en el exilio, regresó en 2011 a su país desde Estados Unidos -a través de Egipto- para sumarse a las fuerzas rebeldes sublevadas.

En 2014 lanzó una operación militar contra las milicias afines al gobierno de Trípoli en Bengasi, escenario desde entonces de bombardeos que han causado cientos de muertos civiles y obligado a decenas de miles de personas a huir.

En 2015 fue nombrado jefe de las Fuerzas Armadas afines al gobierno de Tobruk, en aquel entonces el legítimo y reconocido por la comunidad internacional.

Apoyado por Egipto y Arabia Saudí, en la actualidad está considerado el principal escollo para el éxito del plan de paz que auspicia la ONU, un plan que pretende instalar un gobierno de unidad nacional en Libia que acabe con el vacío de poder y saque al país de la crisis.

Los esfuerzos internacionales se toparon hoy con un nuevo escollo después de que el representante de Tobruk amenazara con dejar el ejecutivo de consenso propuesto por la ONU si no se garantiza que Hafter mantendrá el mando militar, exigencia a la que se opone frontalmente el gobierno de Trípoli. EFE

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