Un tercio de los pacientes del Instituto Nacional del Cáncer son menores de 10 años

Asunción, IP.- «Del total de  pacientes del Instituto Nacional del Cáncer (Incan), las dos terceras partes están en rango de edad de 10 a 20 años y sólo un tercio son niños menores de diez”,  manifestó, Luis Valdez, jefe del Departamento de Oncología Pediátrica del instituto, al momento de señalar que desde hace 5 años la unidad oncológica pediátrica viene brindando una excelente atención a niños y adolescentes que padecen la enfermedad.

El Departamento de Bioestadística del Incan registra como servicios a niños y adolescentes 2.822 consultas, 318 internaciones para tratamiento de quimioterapia y otros servicios, y 61 cirugías en el 2015.

Asimismo, el médico detalló que las formas de cáncer más frecuentemente tratadas en el Departamento de Pediatría del Incan son los tumores sólidos -de ovario en la mujer y de testículo en el varón- así como los linfomas.

La predominancia de estas formas, explica el pediatra, está vinculada al hecho de la edad de los pacientes atendidos: adolescentes en su mayoría. “Con menor frecuencia vemos tumores de partes blandas que llamamos `sarcomas´ y tumores óseos, denominados ´sarcomas ostogénicos´.Luego vemos de todo. Todos los tumores habidos y por haber pero en menor cantidad”, refiere.

Desde el 2011 este departamento tiene suspendida la recepción de pacientes con Leucemia por no contar con la cantidad de recursos humanos para guardias nocturnas necesarias para un tratamiento adecuado de esta forma de cáncer, señala el oncólogo.

La experiencia del Departamento de Oncología Pediátrica del Incan al atender a una población de pacientes principalmente adolescentes revela, “es más frecuente el número de casos de chicos y chicas con cáncer entre los 15 y 20 años que en los cinco primeros años de la adolescencia”, explicó Valdez. Y suma: “Dado este tipo de pacientes, las formas más frecuentes son los tumores de ovarios en las mujeres y de testículos en el hombre y los linfomas que tienen mejor pronóstico que otras formas de cáncer infantil. Esto nos da la posibilidad de que se puedan curar gran cantidad de nuestros pacientes”.

“Los programas de quimioterapia de niños y adolescentes, a diferencia de los de adultos son de tres a cinco días, dependiendo del paciente. Por lo general lo internamos los lunes y martes para que, a más tardar, el sábado los estemos dando de alta,” explica el Valdez.

El consultorio está adosado al área de internación. Funciona los lunes, martes y miércoles para consultas de indicaciones para quimioterapia y los viernes para consultas pre-quirúrgicas. También se habilita para la atención de pacientes no internados que presenten eventuales infecciones o complicaciones durante el tratamiento.

La detección temprana del cáncer en niños y adolescentes está fuertemente determinada por la calidad de la atención pediátrica, indica Valdez.

“En los niños no es como en los adultos. Desafortunadamente no hay estudios, screenings rutinarios que nos puedan ayudar a una detección temprana como ocurre por ejemplo con la mamografía anual, que permite descubrir a tiempo un cáncer de mamas.

“La detección temprana de las distintas formas de cáncer infantil depende sobre todo de los médicos pediatras. Tengo 30 años trabajando en Paraguay. Antes de los años noventa todos los pacientes llegaban en estadíos avanzadísimos de cáncer. Pero se empezaron a realizar muchos congresos médicos a nivel pediátrico y a difundir más el conocimiento de la cancerología pediátrica. Hoy esto cambió totalmente. Un ejemplo es que con una enfermedad que se llama Linfoma de Hodgkin antes todos los pacientes que veíamos estaban en estadío tres y cuatro de avance del cáncer. A partir del año 2000 la mayoría son estadío 1 y 2. El pediatra ahora ya descarta que sea un ganglio de infección. Y gracias a eso nos refieren los pacientes mucho más temprano que en el pasado.”

“La detección temprana tiene mucha importancia para el éxito en el tratamiento de los tumores sólidos porque en la medida que esa enfermedad se detecte cuando está localizada se puede curar,” subraya el pediatra.

“En los niños la detección temprana no funciona como en los adultos. Desafortunadamente no hay estudios, screenings como ocurre por ejemplo con la mamografía anual, que nos permite detectar a tiempo un cáncer de mamas. En la detección temprana del cáncer pediátrico el rol fundamental lo tiene el pediatra de los servicios de salud”.

Los pacientes del Departamento de Oncología Pediátrica asisten a un aula hospitalaria creada por convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.

Vicente Villalba, profesor encargado del Aula explica: “ Manejamos tres componentes: el acompañamiento pedagógico al niño, la contención y ayuda a los familiares, y el trabajo inter-institucional con entes que ayudan a un bienestar del chico. Esta aula nos demanda conocer bien al niño en su parte médica, pedagógica y humana”.

Cuando de acompañar la escolarización del chico se trata “Establecemos una relación con la escuela de origen para ver en qué etapa de sus estudios y mandamos el diagnóstico médico informando sobre la salud del alumno. En el caso de los chicos que pueden seguir asistiendo a la escuela convencional le informamos hasta qué punto pueden hacer las actividades escolares como gimnasia y otras” describe el Profesor.

Si bien lograr que el chico no pierda el año lectivo es un objetivo importante del aula, lo es también dar un espacio de entretenimiento: “Nuestro lema es “Educar para la vida”; esto significa aprovechar los momentos que pueda tener el chico en un ambiente agradable, disfrutando así de su vida a pesar de la crisis de salud que atraviesa”. En torno a la escuela también padres e hijos realizan manualidades que ponen a la venta para ayudar a la familia en los gastos propios de la enfermedad, relata el docente.

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