Tracoma, la ceguera de los pobres que amenaza a 200 millones de personas

Kampala.- Más de 200 millones de personas de 51 países de África, Asia y América Latina corren el riesgo de padecer tracoma, una dolencia infecciosa conocida como la ceguera de los pobres porque solo se registra en los países con menor desarrollo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2015, África es el continente más afectado por esta enfermedad contra la que lucha la Iniciativa Internacional contra el Tracoma (ITI), que se propone acabar con la dolencia en 2020, junto a la Coalición Internacional para el control del Tracoma (ICTC) .

La ITI, creada por la Fundación Edna McConell Clark y la farmacéutica Pfizer, ha donado 500 millones de dosis de zitrimocina, un antibiótico que se ha mostrado eficaz contra la bacteria que provoca la dolencia, la «clamydia trachomatis».

Uganda, un país con 36 millones de habitantes, de los cuales ocho millones corren el riesgo de contraer tracoma, es uno de los más afectados en África por una enfermedad cuyo costo económico global anual por pérdida de productividad se estima entre 3.000 y 6.000 billones de dólares, según la ITI.

Bandobere Eleager es el médico que opera desde hace años en un pequeño dispensario médico ugandés de apenas seis estancias situado en el distrito rural de Mayuge, a unas tres horas en coche de Kampala.

En Mayuge, el tracoma era endémico hasta hace nueve años, y el 14 por ciento de los niños de 1 a 9 años lo padecían frente a un 2% por ciento actual.

Bandobere relata a Efe que practica una media de seis operaciones quirúrgicas al día a pacientes con tracoma avanzado y la visión parcial o totalmente perdida.

Las intervenciones se llevan a cabo para frenar el avance de la enfermedad y quitar el dolor, ya que la recuperación de la visión que se ha perdido es imposible.

Mientras opera, el facultativo cuenta a Efe, en una sala limpia y con el material justo, cómo opera a un paciente varón, que ha tardado tres años en acudir a los médicos porque tenía miedo de la intervención.

Cerca del dispensario, una clase al aire libre sobre el tracoma en la escuela primaria Kyebando enseña a los niños cómo es la enfermedad. Los alumnos aprenden que la higiene deficiente provoca su propagación.

De los más de treinta estudiantes que asisten, solo uno confirma que un familiar suyo padece la enfermedad.

La dolencia se transmite por contacto con secreciones oculares y nasales de personas infectadas, especialmente niños pequeños que son reservorio de la infección.

También se propaga a través de las moscas que han estado en contacto con los ojos o la nariz de una persona infectada.

La infección causa inflamación y formación de cicatrices en la superficie del ojo, que provoca que el párpado se invierta (entropión) y que las pestañas toquen el globo ocular.

Según la ITI y como resultado de su estrategia global, en 2012 Omán se convirtió en el primer país que se declaró libre de tracoma. Después le siguieron China, Gambia, Ghana, Irán, Marruecos, Birmania y Vietnam.

Junto al tracoma, Uganda, país conocido por la sangrienta dictadura de Idi Amin (1971-1979) y que el pasado mes de febrero reeligió como presidente a Yoweri Museveni en unos comicios calificados de fraudulentos por la oposición, se enfrenta actualmente a otros problemas sanitarios.

Encabeza la lista la malaria: el número estimado de muertes por esta enfermedad que transmite el mosquito infectado Anofeles, ronda entre los 70.000 y 100.000 al año, según fuentes de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en este país de África Oriental,

El sida -el 7,2 por ciento de la población porta el virus VIH- y las infecciones respiratorias son también las otras dos causas más importantes de mortalidad.

No obstante en el caso del sida, Uganda es uno de los países de África que más éxito tiene en su combate, ya que partía de un porcentaje de un 35% de personas infectadas.

La doctora Sarah Naikobe, responsable en Uganda de la ONG Save the Children, dice a Efe que otro problema de salud importante del país es el alcoholismo.

A su juicio, se podría avanzar más en la prevención de determinadas enfermedades pero la falta de coordinación entre Gobierno y agencias y donantes internacionales, subraya, es un freno para lograr un mayor éxito en los programas de promoción de la salud.

Con casi 1,8 trabajadores sanitarios por cada 1.000 habitantes -el ratio recomendado es de 2.5- , Uganda casi ha conseguido el Objetivo del Milenio en mortalidad infantil, y su esperanza de vida ronda los 60 años. En 2013 el gasto en salud representó el 9.8 del PIB, según datos de la OMS. EFE

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