Candidatos argentinos juegan sus mejores cartas en primera semana de campaña

Buenos Aires.- La campaña para las elecciones primarias argentinas en las que se elegirá a los candidatos para las legislativas de octubre concluyó su primera semana con la vista puesta en corrupción y economía y una estrategia de polarización entre el oficialismo y la expresidenta Cristina Fernández.

Los analistas políticos Gretel Ledo y Jorge Arias, consultados por Efe, coincidieron en que sin dudas la economía doméstica es el tema que más peso va a tener durante toda la campaña.

De esta manera, la competencia por llegar al Senado representando a la provincia de Buenos Aires -el mayor distrito electoral- se convirtió en una gran puja entre el oficialista Esteban Bullrich y los opositores Fernández, de Unidad Ciudadana, el peronista Sergio Massa de 1País y el exministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, del tradicional Partido Justicialista (peronismo).

«Fernández simboliza un mal pasado, Bullrich un mal presente, y Massa y Randazzo pretenden proyectar un buen futuro», resumió Arias.

Durante esta primera semana de campaña el presidente argentino, Mauricio Macri, inauguró dos obras y Ledo interpretó su asistencia a estos actos como el hecho de «ponerse la campaña al hombro porque no hay un liderazgo claro y Bullrich no es un político con carisma para llegar a sectores sociales vulnerables».

El exministro de Educación apoya su trabajo electoral en la gestión de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, señalada como una mujer que no titubea en tomar decisiones y que combate sin miedo contra las mafias del narcotráfico.

El candidato oficialista siempre evita hablar de sus competidores pero nunca olvida destacar el «cambio» producido en Argentina cuando Macri sucedió a Fernández y, en cuanto a la economía, dijo al canal de televisión La Nación Más que «en lo que va del año llegaron un 12 % más de inversiones que en 2016».

A pesar de esta perspectiva económica positiva, Arias consideró «una decisión poco inteligente» designar a Bullrich como candidato en Buenos Aires porque «todo el carisma que a él le falta, lo tiene Fernández».

Con respecto a la expresidenta, esta semana los integrantes del frente que ella misma creó se abocaron a defender al exministro de Planificación y actual diputado kirchnerista, Julio De Vido, tras el pedido de expulsión del Congreso por el cúmulo de acusaciones por delitos de corrupción en su contra durante la gestión de Fernández.

Pero esto no representa hasta el momento un elemento influyente en la intención de voto ya que la candidata de Unidad Ciudadana conserva buenas mediciones en las encuestas y Ledo explicó que esto sucede porque «la gente brega más por el bienestar propio que por la corrupción estatal».

En la ancha avenida del medio se encuentran Massa y Randazzo que, según Arias, «desean romper la estrategia de polarización» planteada por el oficialista frente Cambiemos y el kirchnerista Unidad Ciudadana.

Massa eligió centrar su campaña en el rendimiento de la microeconomía, las pequeñas y medianas empresas, y el consumo de la gente y dijo que «hay mucha gente sin trabajo y el Gobierno tiene que abandonar la soberbia y la insensibilidad para escuchar a los que la están pasando muy mal».

Ex jefe de Gabinete durante el primer mandato de Fernández, Massa, comparte fórmula electoral con la diputada progresista Margarita Stolbizer conocida por ser una de las que más veces denunció por presunta corrupción a Fernández.

En este sentido, Ledo consideró que Massa-Stolbizer parece «una fórmula ganadora» porque la diputada le otorga al líder de 1País «credibilidad y transparencia».

Más relegado pero con aspiraciones presidenciales en 2019 se encuentra Randazzo quien, según la analista política, «va a estrenar un traje que nunca pudo lucir».

En esta primera parte de la campaña, para las primarias del 13 de agosto, el candidato del peronismo bonaerense buscó diferenciarse del kirchnerismo alegando que «ha sido un error creer que uno era dueño de la verdad» y también confrontó con Macri a la hora de pedirle mayor sensibilidad social.

Las elecciones del 22 de octubre serán las primeras en la historia argentina en que el peronismo se presenta dividido y Cambiemos buscará aprovechar esa fragmentación para obtener un voto de confianza en las urnas.

Sin embargo, no parece importar demasiado los porcentajes finales que puedan llegar a arrojar estos comicios porque en cada candidato vive la intención de encontrar un resultado que los valide como presidenciables en 2019.

Una décima más o una décima menos podrá significar un triunfo electoral en 2017 pero los primeros momentos de esta campaña dejaron en claro que la disputa no gira en torno a las bancas en el Senado sino a la supervivencia política postelecciones. EFE

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