Unos 2.8 millones de personas fallecen al año a causa de la obesidad

    Asunción, IP.- El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor de riesgo para defunciones a nivel mundial, cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas a consecuencia del sobrepeso o la obesidad y las complicaciones que estas enfermedades acarrean.

    La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. En el mundo, se ha producido un aumento en la ingesta de alimentos muy calóricos, ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes, y una disminución de la práctica de actividad física como resultado del estilo de vida más sedentario de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización.

    Además, el 44 por ciento de la carga de diabetes, el 23 por ciento de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7 por ciento y el 41 por ciento de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.

    La consecuencia más acentuada de la obesidad es que presenta un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebro vascular), la diabetes, los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante) y algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).

    El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el aumento del peso. Según estadísticas del Programa Nacional de Diabetes el 57.6 por ciento o sea 6 de cada 10 personas en Paraguay tienen sobrepeso u obesidad.

    Si la tendencia actual se mantiene para el 2020, la mitad de las personas que veamos en la calle será obesa, solo la mitad de las jóvenes obesas ira a la universidad y la otra mitad estará en alto riesgo de desempleo por problemas de salud.

    Teniendo en cuenta estas alarmantes cifras, el Ministerio de Salud recomienda:

    -Limitar la ingesta procedente de la cantidad de grasa total.

    -Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.

    -Limitar la ingesta de azúcares.

    -Realizar una actividad física periódica.

    -Lograr un equilibrio energético y un peso normal.