París.- Uno de los pilotos del Airbus A320 que se estrelló anteayer en los Alpes franceses salió de la cabina antes del accidente y nunca más pudo volver a entrar, según informó una alta fuente de la BEA, la agencia francesa que investiga la tragedia, al diario The New York Times.
Esa es la principal conclusión que arrojó el análisis preliminar del contenido de la caja negra. Según la fuente, cuando el tripulante regresó a la cabina halló la puerta cerrada y comenzó a golpear cada vez con más insistencia, pero nunca obtuvo respuesta. El vocero oficial de la BEA rehusó anoche confirmar o desmentir la información.
Este hecho ahonda más el misterio en torno a la verdadera causa de una de las peores catástrofes aéreas de Europa en los últimos 30 años en momentos en que los equipos de rescate enfrentan extraordinarias dificultades para recuperar los restos de las 150 víctimas fatales del accidente del Airbus A320 de la compañía alemana Germawings.
¿Por qué el avión perdió altura hasta estrellarse al término de lo que todos consideran «un descenso controlado»? Si fueron los pilotos quienes decidieron descender, ¿por qué nunca respondieron a los llamados de la torre de control? «Ésas y otras preguntas permiten afirmar que, por el momento, estamos ante un accidente inexplicable», afirma el experto en aviación Gérard Feldzer.
La misma definición usó el CEO de Lufthansa, compañía a la que pertenece Germanwings: «Es inexplicable que esto pudiera sucederle a un avión libre de problemas técnicos y con un piloto experimentado y entrenado por Lufthansa», dijo Carsten Sophor.
Ajenos a esas especulaciones, Hollande, Merkel y Rajoy viajaron ayer por la tarde al sitio del accidente. Visiblemente emocionados, los tres responsables políticos sobrevolaron la zona y saludaron a los equipos movilizados para desempeñar la ingrata tarea de recuperar los cuerpos de las víctimas y los restos del avión.
Aunque el público tendrá todavía que esperar, las dramáticas incógnitas comenzaron seguramente a despejarse ayer, cuando los expertos de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) de Francia obtuvieron en buen estado el fichero informático que graba todos los sonidos dentro de la cabina de mando, contenido en una de las cajas negras recuperada en el sitio del accidente. «Los trabajos de explotación y lectura del CVR [cockpit voice recorder] comenzaron. La caja negra que contenía esa grabación estaba bastante deteriorada, pero los datos son utilizables», afirmó el director del organismo, Rémi Jouty.
La BEA estima, sin embargo, que serán necesarias «semanas, incluso meses» para llegar a una conclusión definitiva. Ese minucioso trabajo no se limita a descifrar las voces de la tripulación, sino a interpretar los sonidos, las alarmas e incluso los silencios que se produjeron en la cabina durante ese trágico vuelo.
Un trabajo que sería facilitado de manera exponencial si la intensa búsqueda que se realiza actualmente en el sitio del accidente permitiera hallar la segunda caja negra. Llamada FDR (flight data recorder) es probablemente la más importante porque graba todos los parámetros técnicos del vuelo durante 25 horas.