Buenos Aires.- El Gobierno argentino volvió a arremeter hoy contra la diputada opositora Elisa Carrió y la desafió a realizarse una rinoscopia y un análisis de sangre, en respuesta a las acusaciones que hizo la legisladora contra un senador oficialista por presuntamente haber consumido drogas.
«Que busquen un laboratorio, nos hacemos una rinoscopia y un análisis de sangre, así vemos cuál de los dos está libre», apuntó el jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, en su habitual contacto con la prensa frente a la Casa de Gobierno.
«A lo mejor la que agravia es ella porque quiere ensuciar a los otros con la ingesta de un producto que uno no hace pero ella sí», añadió el funcionario en respuesta a Carrió, que en declaraciones al diario La Nación acusó al senador nacional Juan Manuel Abal Medina de haber concurrido al Congreso «pasado de droga» cuando era ministro coordinador.
Fernández aseguró que todo forma parte del «planteo histórico de una señora sucia en todo sentido» que tiene «esa lengua bífida» con la que no cesa en sus «agravios permanentes» porque «no tiene otra forma de vivir que destilando odio».
El cruce de acusaciones se enmarca dentro de la guerra que disputan la diputada de la opositora Coalición Cívica (CC) y el jefe de Gabinete desde la muerte del fiscal Alberto Nisman el pasado 18 de enero, en circunstancias aún por aclarar, la víspera de comparecer ante el Congreso para detallar su denuncia contra la presidenta argentina, Cristina Fernández.
En declaraciones a la fiscal Viviana Fein, encargada de investigar el fallecimiento de Nisman, la pasada semana la diputada opositora señaló la existencia de una «zona liberada» (sin seguridad) en torno a la vivienda del fiscal a la que vinculó a fuerzas de seguridad federales, al jefe del Ejército, César Milani, y al mismo jefe de ministros.
Tras ello, Fernández señaló que esta acusación se basa en «recortes de diarios» y en una denuncia que presentó Carrió «que es un bochorno desde el punto de vista del derecho» y, por tanto, resulta un «falso testimonio» que «va a ser caro cuando lo pague».
Así, el funcionario hacía referencia a la demanda presentada por la diputada a principios de febrero contra él y la mandataria argentina por el presunto encubrimiento del «crimen» de Nisman y por obstrucción de la investigación, una denuncia que consideró que «hay que tomar en chiste» y por la que entonces acusó a la opositora de estar «sucia como una papa (patata)».
«No tengo dudas. Acá está inteligencia militar. No digo que lo mataron Milani y Fernández, pero que lo mandaron a matar…», afirmó Carrió en marzo en una nueva embestida contra el Gobierno por supuestamente «ensuciar» la imagen de Nisman. EFE