Luque, IP.- El gobierno nacional planteó este lunes a la Conferencia Episcopal Paraguay (CEP) un mecanismo de acción conjunta para que las acciones del Estado en la lucha contra la pobreza lleguen a las poblaciones que realmente necesitan, mediante la colaboración de la iglesia católica en el proceso de identificación y distribución de servicios públicos a los más pobres.
«Conversamos de cómo podríamos afinar los esfuerzos de coordinación para atacar las necesidades que tienen 152.000 personas en pobreza extrema ya identificadas por el gobierno, que representan unos 23.000 hogares», explicó el ministro de la Secretaría Técnica de Planificación, José Molinas, luego de la reunión entre autoridades del gobierno y obispos de la CEP.
Molinas destacó que la iglesia católica tiene un conocimiento local de las familias y puede validar el trabajo de identificación de las familias en situación de pobreza extrema que ya hecho el gobierno y que cuando el gobierno envíe el apoyo al consumo y la producción de las familias, la institución religiosa puede acompañar el proceso de tal manera que a hacer la entrega con transparencia teniendo en cuenta el actual ambiente electoral.
«De ahora hasta noviembre estamos en elecciones municipales, hay un riesgo de politización y la iglesia puede ayudar a disminuir este riesgo y que vaya a donde tiene que ir», dijo.
Indicó que en la reunión de este lunes se ha definido coordinar las acciones a través de las pastorales sociales, las pastorales juveniles y educativas, así como la participación de las diferentes diócesis del país.
«Lo que hicimos fue revisar conjuntamente el tremendo capital social que existe en el país, que se ejemplificó en la visita del Papa, donde se movió un tercio de la población físicamente con un orden, entusiasmo y logística y continuar utilizando este capital social para cosas buenas como la erradicación de la pobreza extrema», explicó.
Destacó que ha sido muy clara la coincidencia en la necesidad de pasar del discurso a la acción y que la acción sea focalizada en los más pobres.
Igualmente señaló que la iglesia católica puede contribuir con el gobierno en el proceso de seguir identificando a las familias en extrema pobreza. «Hay más de 700.000 mil personas en pobreza extrema por identificar y nos queda un trabajo en el que la Iglesia nos puede ayudar a identificar y conectar los servicios públicos de educación, salud, protección social y apoyo productivo a estas familias. Queremos llegar a otras 20.000 familias en pobreza extrema fichadas este año», señaló el minisitro.
Por su parte, el secretario general de la CEP, monseñor Adalberto Martínez, valoró el pedido del gobierno por la participación de la Iglesia en esta «desafío de reducir la brecha de pobres y pobres extremos».
«Constitucionalmente la Iglesia está para colaborar con el Estado, salvando siempre su autonomía. Creo que convenció a los obispos, de hecho tenemos que conversar todavía un poco, pero quedamos que el canal natural para este tipo de proyectos que tiene que ver con lo social es la pastoral social, así como la pastoral joven», dijo Martínez.
El religioso señaló que el encuentro fue muy positivo y los obispos están conformes de que esto pueda continuar no solo en el campo de la necesidad de los pobres extremos sino en el campo de la educación, de la agricultura familiar y otros muchos desafíos que hay en el país.
En la apertura de la reunión, el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, entregó un reconocimiento al presidente de la República, Horacio Cartes, «por todo el apoyo y la cooperación que hubo entre el Gobierno y la Iglesia para que la visita del Papa Francisco haya logrado la relevancia mundial que tuvo», informó el canciller nacional, Eladio Loizaga.