Jerusalén.-Una investigación de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha identificado por primera vez que las anormalidades en las células inmunológicas del cerebro —las microglías— causan depresión.
El hallazgo no sólo profundiza el conocimiento de un mal cuyos mecanismos se saben sólo parcialmente —la depresión es una enfermedad, pero hay variantes dentro de ella— sino que puede revolucionar el tratamiento: normalizar las células de microglía requiere una medicación diferente de la que se emplea en la actualidad.
Los antidepresivos tienen un funcionamiento errático: a ciertas personas les sirven algunos, a otras les sirven otros, a otras no les sirve ninguno. Y la depresión es un problema de salud mental de peso global: una de cada seis personas lo sufre en algún momento de su vida. Es la causa principal de incapacidad temporaria: supera las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, el cáncer y el HIV/sida combinados. Ante la necesidad grande de descubrir nuevos mecanismos biológicos, y sus tratamientos posibles para desarrollar formas adecuadas de combatir la enfermedad, este estudio multiplica su importancia.
El texto, «Depression as a microglial disease» («La depresión como una enfermedad de las microglías»), se publicó en la revista científica Trends in Neuroscience (Tendencias en Neurociencia) causó impresión en el campo de la investigación de este mal porque por primera vez al estudiar la biología de la depresión se puso el foco en algo distinto del funcionamiento de las neuronas, el camino habitual. La idea de estudiar otras células partió del profesor Raz Yirmiya, director del Laboratorio de Psiconeuroinmunología de la Universidad Hebrea, autor principal del artículo.
Las células de microglía son el 10% de todas las células cerebrales, y cumplen funciones de defensa: combaten las infecciones de bacterias o virus en el cerebro. También contribuyen a la recuperación y la reparación de los daños causados por lesiones. Pero cuando su estructura y su función cambia, «ya no pueden regular los procesos normales de conducta en el cerebro», detalló Yirmiya en una declaración para la prensa.
«Nuestra perspectiva sobre las células de microglía han cambiado dramáticamente en la última década», dijo. «Hoy sabemos que juegan un papel en la formación y el ajuste de las conexiones entre las neuronas (las sinapsis) durante el desarrollo del cerebro, y también en los cambios en esas conexiones a lo largo de la vida. Esos papeles son importantes para las funciones normales del cerebro y de la conducta, entre ellas la percepción del dolor, el estado de ánimo y las capacidades cognitivas».
Los investigadores escribieron que las células de microglía enfermas pueden causar depresión, y que emplear drogas que recuperen su funcionamiento normal puede ser tan efectivo, o más, que los tratamientos actuales. Al menos para la depresión con este origen: «Esto no significa que todos los sub-tipos de depresión u otras enfermedades psiquiátricas se originen en anormalidades de estas células», advirtió Yirmiya, también profesor del Departmento of Psicología de la Universidad Hebrea.