Asunción, IP.- Desde el cierre de la Penitenciaría nacional de Tacumbú a nuevos internos, por disposición del Ministerio de Justicia, se ha podido tener un mejor control en cuanto a la organización de los espacios y de la población penal. En ese sentido, uno de los espacios que se ha recuperado es el destinado a reclusos para el tratamiento de adiccciones y sus efectos en general.
Luis Barreto, director del penal de Tacumbú, explicó que un total de 4.000 personas privadas de libertad están en Tacumbú y que casi un 80% de ellos se encuentra con problemas de salud de diferente índole, entre afecciones respiratorias, y en su mayoría por el consumo de drogas como el crack.
Barreto comentó igualmente que la mayor parte de las pruebas practicadas a los reclusos con problemas de salud da positivo en torno a este consumo y es preocupación de los médicos de guardia del penal, que estas personas se encuentran con las defensas muy bajas, que con un resfriado o cualquier otro virus los mismos complican su estado de salud.
Ante esta realidad, la política humanitaria para el penal de Tacumbú del Ministerio ha sido la disposición de un pabellón mixto alto, que es un nuevo espacio para que sea mejor tratado este tipo de reclusos con adicciones. De alguna manera se busca paliar la situación que, a recomendación de los galenos, debe contener una buena alimentación y una buena medicación para hacer frente a la baja defensa de los recluidos.