Asunción, IP.- En la Eurocopa, Polonia demostró que Alemania no asusta y sacó un punto en un partido en el que la sorpresa pudo ser aún mayor. Milik perdonó a la Mannschaft desperdiciando dos ocasiones, una clarísima debajo de la portería.
La rebelión se quedó a medias y Alemania aún tiene en su mano acabar primera de grupo para asegurarse un cruce asequible. Y eso que, tras dos partidos, sigue estando lejos del equipo que asombró en Brasil. Es el comentario que realiza el diario Marca de España.
No da con la tecla Joachim Löw. No convenció ante Ucrania pese a la victoria y con un equipo mejor armado enfrente quedaron patentes sus carencias, que no son muchas, pero sí suficientes para sembrar dudas sobre su candidatura al título. Repitió Alemania once con la salvedad de Hummels, ya recuperado, por Mustafi. Y las sensaciones fueron las mismas que en el debut: poca velocidad arriba y debilidad abajo. Polonia se dio cuenta rápido de ello y a punto estuvo de hacer sangre.
Aunque Alemania tuvo el balón y dominó en la mayoría de las fases del partido, nunca ofreció una amenaza tan real como la de los polacos cuando se fueron a por el encuentro en el segundo tiempo. Götze no es ni una sombra del jugador que fue, Müller parece desconectado de esta Eurocopa, desubicado en ese sistema con falso ‘9’ que dispone Löw. Únicamente algún destello de Özil altera el plan ofensivo un tanto rudimentario de la ‘Mannschaft’.
No es de extrañar, por tanto, que Polonia transitase por el partido con la tranquilidad que da tener una pareja de centrales expeditivos y con una lectura del juego admirable. El tándem Pazdan-Glik no acaparará titulares, pero deja tras de sí un rastro de seguridad tremendo. Sobre ellos se construyó la resistencia polaca, que acabó por lanzar una contraofensiva que hizo al campeón del mundo tambalearse.
La velocidad de Grosicki y la voluntad de Lewandowski fueron suficientes para generar peligro. Lástima para Polonia que Milik no tuviese el día. El delantero del Ajax falló un gol cantado al inicio de la segunda mitad en un remate de cabeza que debió finalizar con el pie. Más tarde, lanzó su zurda al aire cuando el remate en el área pequeña invitaba a fusilar a Neuer.
Özil fue el único capaz de responder poco después con un disparo que Fabianski desvió a córner. Ni Mario Gomez ni Schürrle ofrecieron el revulsivo necesario para los de Löw. Tuvo Alemania incluso que agradecer acabar con los once hombres sobre el campo, y es que Boateng se ganó la expulsión con una mano que le hubiera supuesto la segunda amarilla. El colegiado decidió no sacudir un partido fácil de llevar. El encuentro se encaminó entonces irremediablemente hacia un pacto que deja satisfecho a ambos. Los octavos están más cerca. Y ninguno es un rival apetecible para cualquiera.