Rajoy amenaza con la parálisis eterna

Madrid.-Planea no presentarse a la sesión de investidura tras otro rechazo del PSOE.

La política española dio  otro paso hacia lo desconocido. Incapaz de sumar aliados, el conservador Mariano Rajoy sugirió que se plantea no presentarse a la sesión de investidura para ser reelegido presidente si sus adversarios mantienen el veto a su candidatura.

De esa manera, el bloqueo institucional que sufre el país desde diciembre podría prolongarse por tiempo indefinido y hasta se abriría la opción insólita de unas terceras elecciones generales antes de que termine el año. «Tengo interés en ir [a la sesión de investidura] y tengo interés en gobernar. Pero si yo tuviera la seguridad de que fuera imposible que se me eligiera, abriría un período de reflexión y plantearía: ¿qué salida le vamos a dar a esto?», dijo ayer Rajoy después de reunirse durante 80 minutos con el líder socialista, Pedro Sánchez. informa el diario Español La Nación.

Rajoy salió primero en los comicios repetidos del 26 de junio, con el 33% de los votos, y sumó 137 diputados. Pese a que salió muy fortalecido de las urnas, sigue lejos de los 176 escaños que necesita para ser designado presidente.

Su espíritu triunfalista empieza a declinar. En 17 días no consiguió sumar un solo aliado. El mayor compromiso que obtuvo fue de los liberales de Ciudadanos (32 diputados), que anunciaron su voluntad de abstenerse en una hipotética sesión de investidura para facilitar la formación de un gobierno de Rajoy. Pero es un gesto insuficiente.

La llave de la gobernabilidad la tienen los socialistas, con sus 85 bancas. Deben al menos abstenerse para que a Rajoy le salgan las cuentas. Sánchez le dijo ayer en la cara que busque auxilio en otro lado.

«A día de hoy votaremos no a la investidura del señor Rajoy. Los españoles le han otorgado la confianza para ser la primera fuerza, pero no le han dado la mayoría suficiente, y en consecuencia tiene que iniciar una negociación y un diálogo en serio con fuerzas afines, basado en propuestas, no en amenazas ni en chantajes», expuso Sánchez, en la primera conferencia de prensa que da desde la campaña electoral.

El matiz de decir «a día de hoy» pareció dejar una puerta abierta a cambiar de postura en el futuro. También fue ambiguo Sánchez cuando le preguntaron si podía intentar él mismo presentarse a la investidura, como ya hizo en marzo, con resultado fallido.

Lo que dejó en claro es que su bloque no se moverá si Rajoy no mejora los 137 apoyos con los que cuenta. El anuncio que hizo Albert Rivera, líder de Ciudadanos, de su potencial abstención le quitó presión a Sánchez. Si en cambio los liberales hubieran decidido votar sí al Partido Popular (PP), habría sido más difícil sostener el veto socialista.

La posición intransigente de Sánchez le cambió el humor a Rajoy. Hasta ayer les decía a sus interlocutores que esta vez sin dudas aceptaría el encargo de Felipe VI para presentarse ante el Congreso a pedir la confianza de la mayoría. En enero se había negado, para sorpresa de todo el mundo.

Ahora se plantea hacer lo mismo cuando la semana que viene el rey vuelva a convocar a los líderes de todas las fuerzas con representación en la cámara. Se resiste a someterse a una derrota parlamentaria que podría poner en peligro su carrera. Por eso amenaza con quedarse quieto y prolongar la parálisis.