Río de Janeiro.-Según un diario francés, un miembro brasileño del grupo jihadista atentaría contra la delegación del país europeo.
El temor a un atentado terrorista durante los Juegos Olímpicos aumentó ayer en Río de Janeiro luego de que la prensa en Francia reveló un informe de inteligencia militar de aquel país en el que se advierte que un miembro brasileño del grupo extremista Estado Islámico (EI) planeaba atacar a la delegación francesa durante el evento deportivo que se celebrará aquí entre el 5 y el 21 de agosto.
La información surgió de la audiencia a puertas cerradas que el 26 de mayo dio el jefe de la Dirección de Inteligencia Militar, general Christophe Gomart, ante la comisión parlamentaria que investiga los atentados en París en 2015. Según parte de la transcripción de la sesión que obtuvo el diario Libération, a través de países aliados los militares franceses se enteraron de la existencia de un ciudadano brasileño que es parte de EI y pretendía venir a Río con la misión de matar a atletas franceses, informa La Nación de Argentina.
Los documentos que salieron a la luz no son completos y no se sabe si las fuerzas armadas francesas lograron neutralizar al presunto terrorista brasileño ni dónde se localizaba. No sería el primer brasileño que forma parte de las filas de EI; ya el año pasado, el grupo informó a una familia brasileña radicada en Bélgica que su hijo, Brian de Mulder, de 22 años, había muerto durante acciones militares contra «infieles» en Siria.
Aunque los militares franceses no quisieron ni ratificar ni negar los datos revelados por Libération, el diario Le Figaro confirmó a través de uno de los miembros de la comisión de la Asamblea Nacional que la información no había sido dada a conocer por razones de seguridad. «Se trataba de no fomentar el pánico entre los deportistas franceses y de no perjudicar el evento», señaló el diputado Sébastien Pietrasanta.
En Brasil, donde la revelación aumentó el estado de alerta de la población, el director general de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), Wilson Trezza, señaló que desconocía los supuestos planes de EI para atacar durante los Juegos Olímpicos. «Aún no recibimos la información. Pero ciertamente lo vamos a saber porque estamos en conversación permanente», afirmó Trezza en una conferencia de prensa.
Después de todo, el gobierno brasileño ha hecho alarde del nuevo Centro Integrado Antiterrorismo, que por primera vez se pondrá en práctica durante unas Olimpíadas, en el que colaboran casi un centenar de países con información y tendrá representantes de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España, Israel y la Argentina, entre otros.
Aunque Brasil no ha sufrido nunca un atentado terrorista internacional en su territorio, ha puesto en marcha un megaoperativo de seguridad para estos Juegos, los primeros que se realizan en América del Sur, porque competirán en Río más de 12.000 atletas de todo el mundo, y se espera la visita de hasta 700.000 turistas y más de 50 jefes de Estado y de gobierno. Unos 85.000 efectivos (de los cuales 41.000 serán militares) se desplegarán para garantizar la seguridad; se trata del doble de efectivos que hubo durante los últimos Juegos Olímpicos, en Londres, en 2012.
La preocupación ha crecido en los últimos tiempos debido a los cruentos atentados perpetrados recientemente por EI en París, Bruselas, Estambul, Daca y Bagdad. «La probabilidad de que el país sea objetivo de ataques terroristas ha aumentado en los últimos meses», reconoció la ABIN, que de todas maneras resaltó que hasta el momento no ha habido amenazas concretas. Sin embargo, en abril, la propia agencia confirmó la autenticidad de un mensaje contra Brasil escrito en los días posteriores a los ataques del año pasado en París, en los que el militante extremista francés de EI Maxime Hauchard advirtió: «Brasil, ustedes son nuestro próximo blanco».
Pese a las revelaciones de ayer, el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional brasileño, Sergio Echegoyen, afirmó que no se preveía reforzar la seguridad para ninguna delegación en especial. «Cuando se clasifica a alguna delegación como de gran riesgo, podemos de alguna forma descuidar a las otras delegaciones», indicó.