Asunción, IP.- Continuando con su ciclo de conciertos extraordinarios para celebrar el año de su 60º aniversario de creación, la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Asunción (OSCA) prepara el concierto “El carnaval de los animales” con la participación de virtuosos músicos invitados provenientes de Corea del Sur.
Bajo la dirección del maestro Vakh Jongwhi, la orquesta ejecutará piezas de la música clásica en un espectáculo que se realizará en el teatro Municipal de Asunción, Ignacio A. Pane, el martes 11 de abril, a partir de las 20:30, con acceso libre y gratuito.
El Concierto contará con la participación especial de dos virtuosas pianistas coreanas: Mi-Eun Park y Young A. Won y en la primera parte, el programa incluirá las piezas: Las Bodas de Figaro (Obertura) de W.A.Mozart; Peer Gynt (Suite) de Edward Grieg y Romeo y Julieta. Fantasía (Obertura) de Peter I. Tchaikowsky.
En la segunda parte se escucharán: Sonata para 2 pianos en Re Mayor de W.A.Mozart y El Carnaval de los Animales de Camille Saint Saens. Estas 2 últimas obras serán ejecutadas a dos pianos. El concierto se realiza bajo los auspicios de la Asociación Coreana del Paraguay y la asociación Cultural Busan.
Sobre la pianista Young Won

Pianista originaria de Corea del Sur. Se formó en la KyungWon de Seúl, obteniendo la licenciatura en 1994. Obtuvo una maestría en la University of Freiburg, Alemania en 1997 y posteriormente un doctorado en la University of Trossingen, en 1999. Realiza regularmente conciertos en Europa y Corea.
El carnaval de los animales (en francés: Le carnaval des animaux) es una suite musical en 14 movimientos compuesta por el compositor romántico francés Camille Saint-Saëns.
El compositor planeó la obra como broma para un día de carnaval, así que aparecen leones, gallinas, tortugas, canguros, burros y varios animales más, y tiene toques de buen humor por aquí y por allá. Uno de ellos es que Saint-Saëns tomó prestada música de otros compositores y la puso en un contexto muy distinto del original. Así, insertó desde canciones antiguas francesas hasta el “Can-can”, pasando por un trozo de la Danza macabra del mismo Saint-Saëns.