Asunción, IP.- Para la maquinización del brazo Aña Cuá se prevé invertir unos 610 millones de dólares, y las obras tendrían una duración de 50 meses, ocupando mano de obra de unas 3.000 personas, según la presentación del proyecto que se realizó en la mañana de este jueves en el Hotel Granados Park, de la capital.
El director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Ángel María Recalde, explicó los detalles de la obra y anunció que la licitación estará disponible en el portal de Contrataciones Públicas desde mañana viernes. Según el plazo inicial, se prevé que para fines de enero del 2018 se puedan recibir las ofertas correspondientes.
Recalde aseguró que son varias las empresas interesadas en formar parte de la obra, que comprende la instalación de tres nuevas turbinas con 270 megavatios de potencia y con una capacidad dos veces mayor a la que produce la Central Hidroeléctrica Acaray.
Sostuvo que las obras tendrán una duración de 50 meses a partir de la firma del contrato hasta la puesta en marcha de la tercera y última generadora, y que por tratarse de un proceso largo y complejo, los trabajos no iniciarían en menos seis meses. «Con seguridad habrá pedido de prórrogas para la presentación y los estudios también posteriores también llevarán tiempo”, estimó.
El director señaló además que para hacer las obras seguramente vendrá una empresa grande de porte internacional, probablemente de la región, en consorcio con empresas paraguayas y argentinas. «Para hacer todo esto requiere de mucha tecnología y experiencia”, comentó.
En cuanto al beneficio que generaría este nuevo emprendimiento, puntualizó que sería en el orden de los 51 millones de dólares anuales, agregado al hecho de que si no se atiende el problema de generación de energía se empezarán a tener inconvenientes desde el 2034. El tiempo de recuperación de la inversión en esta obra está estimada en un plazo de 15 años.
En cuanto a la importancia de la obra y las críticas que puedan surgir en torno a la misma, Recalde manifestó que no se puede usar momentos políticos como para oponernos a construir centrales; «debemos de pensar en el país y fundamentalmente en las personas que irán sucediéndonos en el tiempo», dijo.
De la presentación del proyecto participaron miembros del consejo directivo de la binacional, el secretario general de la Presidencia de la República, Juan Carlos López Moreira, el presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) Víctor Romero, el ministro de Defensa Nacional, Diógenes Martínez, entre otras autoridades.
Cuestionamiento sobre la puesta en marcha de las obras
En relación a los cuestionamientos sobre el inicio de las obras antes del acuerdo del Congreso sobre la nota reversal firmada por los presidentes de ambos países, Recalde afirmó que el acta de entendimiento firmado por los presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri en mayo pasado tienen que ver con el anexo C del tratado binacional.
El anexo C del tratado comprende exclusivamente todo lo que tiene que ver con el aspecto financiero y de los servicios eléctricos que brinda la central hidroeléctrica, es decir no tiene absolutamente nada que ver con las obras, afirmó.
“En eso que se tiene hoy escrito no se consideran las obras. Estas se hallan dentro en el anexo B, es decir se va a modificar el anexo C y no el B. Si bien es cierto que el Gobierno puso como condición a la Argentina para poder avanzar con las obras de que previamente tendrían que arreglarse las cuentas y eso se consiguió, está firmado por los dos presidentes de los respectivos países”, explicó.
Afirmó que con la firma del acuerdo de entendimiento ya se dio cumplimiento a lo solicitado por el Paraguay, por lo que es posible iniciar las obras. “Si el parlamento dice que eso está mal, y bueno, se tendrá que volver a negociar nuevamente sobre el tema, pero la Argentina cumplió con lo solicitado por el Paraguay”, reiteró.
Agregó igualmente que el anexo B contiene una cláusula que establece que “cualquier obra que durante el desarrollo del proyecto de las obras mismas sean requeridas, el anexo B puede ser modificado por el Consejo de Administración de la entidad, que se hizo en el 2.000 y que incluyó la maquinización del brazo Aña Cua”.
Aseguró finalmente que la maquinización es un proyecto ya lanzado y que cuenta con autorización de ambos gobiernos, como para dar inicio.