Montevideo.-Las miradas están puestas en Sant’Ana do Livramento, en Brasil, y Rivera, en Uruguay, que forman una sola ciudad y donde lo peor de América Latina roza lo mejor.
Hace cinco días que Uruguay no registra casos de coronavirus. El microclima regional alcanzado por el país vecino en esta pandemia, con apenas 847 casos, 780 recuperados y 23 muertes, podría salirse de control por un motivo: Brasil. Del otro lado de la frontera, hacia el norte, 17.100 personas se contagian por día, en un balance total de 867.624 personas contagiadas y 43.332 fallecidos.
Todos los ojos están puestos en una ciudad: Sant’Ana do Livramento. Allí se desató un brote y ya hay un muerto. El número pueden no ser significativo comparado con la trágica realidad brasileña, pero son alarmantes para Uruguay.
El brasileño Fernando Ravara (50) mira con preocupación el nuevo brote que surgió en el barrio de Armour de Sant’Ana. En los últimos tres días, 27 nuevos casos han aumentado el número total de infecciones en esta ciudad a 72. De ellos, 36 están activos.
El centro de salud de la zona cerró después de que 11 de los 33 empleados dieran positivo. La ciudad pasó de bandera naranja (riesgo medio de contaminación) a bandera roja (riesgo alto). Todos los negocios cerrarán y las medidas se endurecerán.
«Tenemos entre 22 y 25 respiradores en la ciudad. Por lo tanto, la gran preocupación es que de repente habrá un gran brote y no habrá respiradores para todos, considerando que estamos cerca del invierno, cuando las enfermedades respiratorias también aumentan. Este es el miedo de la población», advierte Fernando, un locutor con experiencia en relaciones internacionales.