Asunción, Agencia IP.- En un emotivo Encuentro Regional, celebrado el fin de semana en el histórico Centro Cultural de Sapucai, los Estacioneros, guardianes de una tradición que trasciende el tiempo, fueron reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional por la Secretaría Nacional de Cultura. Este evento reunió a representantes de comunidades de Luque, Ñemby, San Lorenzo, San Antonio, Concepción, Piribebuy y Altos.
Los Estacioneros, con sus cantos sagrados que han sido transmitidos de generación en generación, son mucho más que simples custodios de la fe. Son la voz viva del Paraguay, una memoria colectiva que sigue latiendo con fuerza en cada rincón del país. Su espiritualidad y tradicionalidad no solo mantienen viva una costumbre, sino que también forjan la identidad de un pueblo que, a través de ellos, encuentra su reflejo más puro y auténtico.
En la apertura del evento, la ministra de Cultura, Adriana Ortiz, expresó: “Este encuentro de Estacioneros es un encuentro de la voz del pueblo. Ustedes son esa voz que representa la cultura desde los distintos territorios de la fe que habita el Paraguay. Ustedes son esa memoria viva que existe, que está ahí, que late, para que no muera. Ustedes son ese tesoro ku´i que nos hace ser únicos a lo largo del mundo.»
Con su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial, los Estacioneros no solo han sido honrados, sino que han reafirmado su compromiso de mantener viva la esencia de una nación. La ministra Ortiz expresó que para ella los Estacioneros son la voz que camina: “Los Estacioneros para mí, desde siempre, fueron la voz del pueblo, esa voz que camina, esa voz que nos hace escuchar el latido profundo de la fe.»
Este reconocimiento, formalizado por la Resolución N° 582/2024 de la Secretaría Nacional de Cultura, abarca los ámbitos de Artes y Espectáculos y usos sociales, rituales y actos festivos. Es un homenaje merecido a quienes, con cada nota y cada verso, nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos.
Los Estacioneros son el corazón latente de nuestra espiritualidad y cultura, y este acto no es solo un reconocimiento, sino un compromiso colectivo de proteger y celebrar la herencia que ellos tan fielmente custodian.