Asunción, Agencia IP.- El presidente de la República, Santiago Peña, tuvo a su cargo este martes el discurso de cierre de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), que tuvo su primera edición en el país. «Paraguay es un miembro natural de CPAC incluso antes de su creación», afirmó.
En su discurso, el presidente dejó en claro que el conservadurismo se trata de «una gran batalla entre el bien y el mal». «En estos tiempos graves no hay lugar para tibios, o estamos del lado del bien o del lado del mal», dijo a los presentes, al recordar el asesinato reciente en Estados Unidos de Charlie Kirk, activista pro-Trump que fue disparado a distancia por motivos políticos, de acuerdo a la investigación y acusación fiscal.
El CPAC es una conferencia que reúne a líderes y activistas del conservadurismo a nivel mundial y «ha llegado finalmente a su casa; Paraguay es un miembro natural de CPAC incluso antes de su creación», dijo Peña.
El presidente paraguayo planteó que Paraguay ha defendido históricamente los valores de Occidente, los cuales enumeró entre ellos: la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural, el valor innegociable del matrimonio entre el hombre y la mujer con el propósito de formar una familia, el respeto a la propiedad privada y el rol del Estado como subsidiario -enfocado en el bienestar social-.
A esto añadió que Paraguay siempre ha defendido el sentido común: «la mujer es mujer y el hombre es hombre», lo que motivó aplausos del auditorio presente en el Hotel Sheraton de Asunción, que incluyó a representantes de la Unión Conservadora Americana, ministros del gabinete del Poder Ejecutivo y autoridades del Congreso.
«Una lucha contra el mal»
A raíz del asesinato del activista estadounidense durante un acto público en la Universidad de Utah, el presidente de Paraguay recordó las palabras del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn: «la línea que separa del bien del mal atraviesa cada corazón humano».
«El mal está agrandado (…) y las ideologías perversas, totalitarias, son ideologías malvadas», dijo. Entre estas amenazas citó el avance del «globalismo que no busca cooperación sino imponer una forma única de pensar, desconectada de nuestras culturas y tradiciones».
A estas amenazas externas se suman «bárbaros adentro de las murallas: progresistas, fanáticos del odio y de discursos de cancelación», afirmó el jefe de Estado.
«Paraguay fue siempre conservador, porque conservador es solo otro nombre para la verdad y el sentido común» y añadió que estas verdades incluyen la familia como base de toda sociedad, el derecho a la libertad y la defensa de la vida. Es por ello que Paraguay dice «no al aborto libre, no a las ideas alternativas de la familia y no a los experimentos sociales radicales», indicó.
Esta visión también forma parte de la política exterior de Paraguay, que seguirá apoyando a Israel en lo que calificó como «su lucha contra las fuerzas del mal», y también nuestro país seguirá siendo aliado de Estados Unidos, Italia y Argentina, «en suma, de todos los países que luchen por los valores de Occidente porque sabemos que está en disputa el sentido de nuestra civilización».