Asunción, Agencia IP.- El chef paraguayo Antonio Yegros se consolida como una de las máximas referencias de la pizza napolitana a nivel internacional tras obtener dos estrellas, otorgadas por un jurado italiano especializado, un reconocimiento equiparable a las estrellas Michelin en el mundo de la pizza. El maestro pizzaiolo, fundador de la pizzería «Fiore de Vila», ubicada en Encarnación, compartió su historia, su método de trabajo y sus próximos desafíos durante una entrevista en el programa Tribuna.
Yegros explicó que la evaluación para obtener estas distinciones se realiza de manera totalmente anónima. Inspectores italianos visitan las pizzerías sin previo aviso y analizan no solo la calidad de la pizza, sino también la atención al cliente, los insumos utilizados y el ambiente general del local. «No evalúan solo la pizza; evalúan toda la experiencia», señaló.
Su primera estrella la obtuvo mientras trabajaba en Italia, en una pizzería de Milán, tras destacarse en el Campeonato Mundial de Pizza realizado en Parma, en la región italiana de Emilia-Romaña, en 2023, donde alcanzó el cuarto puesto entre los mejores del mundo, con una puntuación idéntica a la de los tres primeros. Ese desempeño llamó la atención del jurado internacional, que posteriormente evaluó su trabajo de manera reservada.
En 2024, ya de regreso en Paraguay, Yegros abrió Fiore de Vila en el barrio donde nació y creció, impulsado por la noticia de que había sido distinguido con su primera estrella y que debía contar con una pizzería propia. Meses después, dos inspectores italianos visitaron el local de Encarnación de forma anónima y, en abril de este año, se le comunicó oficialmente la obtención de la segunda estrella.
Además del reconocimiento, Yegros fue nombrado inspector internacional, lo que le permite participar en la evaluación de pizzerías en otros países. Como parte de esta función, colaboró recientemente en el proceso que otorgó la primera estrella a una reconocida pizzería de Panamá.

Consultado acerca de qué distingue a la pizza napolitana, el chef explicó que la clave está en el amasado, la paciencia y el tiempo de fermentación. A diferencia de la pizza tradicional, su propuesta se basa en una versión contemporánea, con alta hidratación y una fermentación prolongada de hasta 36 horas, lo que permite obtener una masa más liviana, digerible y sabrosa. «Cada segundo cuenta. No es algo apurado; es un proceso que requiere respeto», afirmó.
Actualmente, Fiore de Vila produce en promedio 30 pizzas diarias y combina la pizza napolitana con propuestas adaptadas al gusto local, como empanadas, y proyecta incorporar pastas y fusiones con platos tradicionales paraguayos, como el borí.
De cara al futuro, Yegros apunta a conquistar la tercera estrella y sueña con ingresar a la Guía Michelin en el categoría de cocina, además de abrir una pizzería en el exterior. Su historia personal, marcada por el esfuerzo y la constancia, se convierte en un mensaje recurrente en sus giras por el país, donde enseña el oficio y transmite que «sí se puede».
«Todavía no llegué a lo máximo, pero ya puedo decir que se puede soñar y cumplir», concluyó el chef compatriota, hoy considerado uno de los referentes de la pizza napolitana en el mundo.
