Asunción, IP.- La viceministra de Crecimiento Económico Inclusivo de la Secretaría Técnica de Planificación (STP), Jazmín Gustale, analizó en el programa Tribuna, de Paraguay TV, la situación económica de las familias paraguayas, ratificando la reducción de la pobreza desde el 2011 en un 50 por ciento, demostrada en los datos oficiales.
Según datos oficiales, la pobreza en Paraguay se redujo a la mitad desde 2011 a la fecha, del 11% en aquel año bajó a solo el 6% en el 2017, ratificó.
“Si hablamos de pobreza total, tenemos 1.950.000 paraguayos que son pobres, estamos hablando en términos monetarios, del 29% de la población, y hay unos 380.000 paraguayos que están en pobreza extrema, es decir, un 6% de la población. Entonces lo que nos hemos propuesto como sociedad, dentro del Plan Nacional de Desarrollo para el 2030, es erradicar esa población extrema, es decir, que ese 6% desaparezca, que en el 2011, era del 11%, o sea hemos bajado un 50%”, dijo Gustale.
Los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares 2016, basados en nuevos parámetros, señala que la población paraguaya considerada en situación de pobreza representa 28,86% del total de habitantes del país, lo que significa que alrededor de 1.900.000 personas residen en hogares donde el ingreso per cápita es inferior al costo de una canasta básica de consumo.
El mismo análisis científico da cuenta que la población en situación de extrema pobreza, también denominada indigente (aquella cuyo ingreso mensual per cápita no logra cubrir el costo de una canasta mínima de consumo alimentario), llega a 387 mil personas aproximadamente.
Según la Cepal, las ideas del premio Nobel de Economía, Amartya Sen, de la filósofa Martha Nussbaum y de otros economistas han establecido un importante marco conceptual para la búsqueda de mediciones multidimensionales de la pobreza. Asimismo, la búsqueda de los gobiernos por diseñar medidas que reflejen mejor la realidad de sus países y su comprensión de la pobreza los ha llevado a incursionar en este tipo de enfoque, en algunos casos incorporando esta forma de medición a sus medidas oficiales de pobreza.
La funcionaria de Gobierno mencionó que la pobreza se mide en base a los ingresos que tiene la persona para enfrentar necesidades bienes, servicios y canasta básica. “El gobierno buscando una medición más allá de los resultados, enfocados en preguntarnos que tenemos que hacer para reducir la pobreza, adoptó el índice de progreso social, que es un aspecto más multidimensional que se basa en resultados”, comentó.
“El índice de la pobreza medido en forma monetaria es como una radiografía, te llega a los huesos pero no al tejido blando, pero con el índice de progreso social se llega a este tejido blando para detectar los problemas y para solucionar las necesidades”, explicó.
Explicó que esta medición se basa en tres niveles, uno referente a las necesidades básicas insatisfechas, el segundo nivel basado en la calidad de vida (definida por los accesos a la salud, comunicación, tv, internet, telefonía, medioambiente), y finalmente en un tercer nivel, el desarrollo potencial del individuo, sus derechos personales, acceso a vivienda, inclusión social y acceso a la educación superior.
“Todos estos niveles están anexados a una política pública de estado que tenemos que ir mejorando, que más allá de medir la pobreza, es ver cuánto tengo acceso a desarrollar mi potencial como persona, el acceso a las oportunidades que tengo, a trabajar, a ser feliz” mencionó la viceministra.
Señaló que es interesante ver que este índice tiene una versión internacional donde hay comparaciones entre países, pero que aquí tenemos la versión nacional con instituciones paraguayas, medidas por departamentos, sobre cual es la diferencia entre las zonas del país.
Destacó además que “este índice se basa en resultados, te permite capturar los avances sociales como sociedad, sacar conclusiones de las variaciones que van teniendo, tener una radiografía del 2016, con respecto al 2017 cuanto avanzamos, a ver si el gobierno se enfocó en aquellas necesidades que yo como ciudadano necesito”.
Detalló que el éxito de esta clase de políticas multidimensionales no se reducen solamente a dar dinero, sino a encara soluciones integrales, como el programa Sembrando Oportunidades, Adultos Mayores o Tekopora, que tienen un impacto directo en las familias en pobreza extrema.
Sin embargo, la profesional hizo diferencia al tiempo de hablar de pobreza total donde las alternativas para enfrentarla se abren con el emprendedurismo, asistencia agropecuaria, con la coordinación del programa Sembrando Oportunidades donde 28 instituciones públicas trabajan juntas, visión estratégica que trasciende el aporte económico y habilita alternativas de progreso sustentable.
Finalmente, destacó que el actual Gobierno está en el camino correcto en su esfuerzo por la reducción de la pobreza. “Estamos a mitad de camino, como sociedad debemos seguir fortaleciéndonos, y ponernos la camiseta del país y entre todos llevar esta responsabilidad, la pobreza no es solo un problema de Gobierno, sino que todos debemos contribuir para enfrentarla”, concluyó.