Asunción, IP.- La calificación positiva asignada por Moody’s a la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) es el resultado de años de buena gestión de la institución, en los que amplió su cartera de créditos manteniendo la calidad de sus activos, según su presidente, José Maciel.
La AFD recibió recientemente la calificación de BA1 por parte de la calificadora Moody’s, que la ubica a un escalón del grado de inversión, mientras que la calificadora Standard & Poor’s le asignó BB, a dos escalones del grado de inversión.
«Estas calificaciones son necesarias en caso que uno quiera realizar una emisión de bonos y quiera tener mejores rendimientos por sus colocaciones», explicó el presidente en conversación con Radio Nacional del Paraguay.
Aclaró si bien actualmente la institución no apunta aún a emisiones internacionales, consideran esa posibilidad una vez que el país alcance el grado de inversión.
«Si llegamos a tener el grado de inversión vamos a tener condiciones mucho mejores, tanto en tasas de interés como en plazos, que finalmente se traducen en mejores condiciones de nuestros préstamos a los sectores de la economía que estamos atendiendo», destacó.
Maciel explicó que la institución AFD se sometió a las mediciones de estas calificadoras hace dos años, pero que desde el 2013 se viene experimentando un crecimientos sostenido de la institución financiera. «No solamente crecimos sino que mantuvimos la buena calidad de nuestros activos, con un adecuado manejo de riesgos, y todo eso hace que las agencias nos hayan dado las calificaciones que obtuvimos», afirmó.
Indicó que en 2013 la AFD tenía una cartera de crédito de 250 millones de dólares y que actualmente ya alcanza 700 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de casi el 300% de su cartera.
«Estamos muy satisfechos con la calificación obtenida. Es importante que la comunidad internacional conozco que la AFD ya tiene una calificación internacional de estas agencias», indicó.
Igualmente destacó que la nota asignada por Moody’s es la máxima que podía obtener la institución, ya que la misma no puede superar la calificación que tiene el propio país.