Nadal fue apabullante ante Almagro

París.- Rafael Nadal, número siete del mundo, avanzó a la tercera ronda de Roland Garros tras vencer a Nicolás Almagro por 6-4, 6-3 y 6-1 en dos horas y 19 minutos. El de Manacor, nueve veces campeón del torneo parisino, superó su segunda prueba en esta edición (en la primera derrotó al francés Quentin Halys) y se medirá el próximo sábado al ganador del duelo entre el austriaco Jürgen Melzer (110 en el ránking de la ATP) y el ruso Andrey Kuznetsov (120).

«Sí, estoy muy contento. Hice un buen partido, muy sólido», dijo después del partido, en francés. Sólido de nuevo (16 errores no forzados, por los 38 de su rival), Nadal inclinó el terreno a su favor rápido, al romper el servicio del murciano en el tercer juego. A partir de ahí, bonitos intercambios y juego, que es lo que precisa el balear ahora mismo para pulir defectos. Nada que ver con el primer día, en el cara o cruz y los fogonazos que le propuso el francés Quentin Halys. Esta vez, peloteos y mucha movilidad, exigencia por las derechas de Almagro y su revés a una mano.

Logró Nadal una segunda ruptura, se llevó el primer parcial y aunque el murciano no le perdió la cara al encuentro, poco a poco se fue decantando la balanza. En el segundo, Almagro siguió planteando resistencia, pero su adversario le infligía más daño en los intetrcambios de golpes y terminó reculando, sobre todo cuando volvió a quebrar su saque por segunda vez (2-5) y encauzó el triunfo al ganar otro set y poner más tierra de por medio.

En el tercero la dinámica fue exactamente la misma. Trató de llevar la iniciativa Almagro, pero se llevó dos breaks como si nada, un guantazo tremendo con el 4-0 abajo, y al final terminó exasperado porque enfrente chocó contra un escudo antimisiles (salvó el 86% (6/7) de las opciones de ruptura de su adversario) que le devolvía todas las pelotas, por ajustados y potentes que fueran los envíos; más o menos combadas, más o menos planas y también las profundas. Todas. No hubo manera para él. Esta vez, Nadal salió con una coraza y una espada en su brazo izquierdo.

(ip/elpais)