Roma.-El Vaticano recibió hoy por primera vez a una delegación de organizaciones de personas LGBT que, en una audiencia con el segundo del Papa, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, reclamó un claro pronunciamiento de la Iglesia católica contra la criminalización de homosexuales, lesbianas y transexuales que sigue habiendo en muchos países del mundo y especialmente en el Caribe.
La delegación -que en verdad tenía programado reunirse con el Papa, que por problemas de agenda debió cancelar-, le presentó al secretario de Estado una investigación preliminar realizada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) , auspiciada por la International Bar Association (IBA), que sacó a la luz que en al menos 10 países del Caribe siguen existiendo leyes que castigan y criminalizan la homosexualidad. Entre ellos Jamaica, Barbados, Santa Lucía y otros, ex colonias británicas donde la Iglesia católica tiene una presencia muy fuerte y, en muchos casos, parece respaldar estas legislaciones.
Humildemente le pedimos al Vaticano que considere emitir una declaración pública
«Humildemente le pedimos al Vaticano que considere emitir una declaración pública en la que aclare la política de la Santa Sede en este sentido, sobre todo después de los pasos dados por el papa Francisco en cuanto a la misericordia y comprensión con personas LGBT, con las que se ha reunido varias veces», explicó a la prensa la Baronesa Helene Kennedy, directora del Instituto de Derechos Humanos de la IBA.
Abogada británica y católica, la baronesa Kennedy, una de las oradoras ante Parolin, destacó que el grupo fue muy bien recibido por el cardenal, brazo derecho de Francisco, con quien coincidió que, «más allá de temas doctrinales, compartimos las enseñanzas de la Iglesia sobre el respeto a la dignidad humana».
«La Iglesia tiene un rol que jugar muy importante en todos estos países del Caribe donde siguen habiendo leyes que criminalizan a los homosexuales, a las lesbianas y a los trans. Se trata de leyes que estigmatizan a la gente y provocan violencia social. Necesitamos una declaración clara de la Santa Sede que diga que esa criminalización es injusta y que las Iglesias católicas del Caribe y el resto del mundo sigan la misma línea», dijo Leonardo Raznovich, abogado argentino que ante Parolin hizo la presentación de la investigación del IIDH, que coordinó.
Esta fue encabezada por Eugenio Zaffaroni, también miembro del IIDH, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ex miembro de la Corte Suprema argentina, que no estuvo en la audiencia.
La audiencia con Parolin, que tuvo lugar en el Palacio Apostólico del Vaticano y duró una hora, dejó más que satisfecha a la delegación, formada por 50 personas de diversos países del mundo, entre los cuales activistas, políticos, jueces y abogados de Canadá, el Reino Unido, Australia, la Unión Europea y la Argentina.
«Fue una reunión histórica, la primera en la que el Vaticano recibe oficialmente a una delegación LGBT y Parolin nos recibió muy bien, nos escuchó y empezó un diálogo muy importante, que va a seguir», dijo a LA NACION Raznovich. «Aunque en la Argentina no pasa lo que denunciamos en el informe y estamos a años luz porque tenemos la ley de matrimonio igualitario y de identidad de género, es una barbaridad que todavía existan en el mundo leyes que criminalizan al colectivo LGTB. La idea es liberar el continente y a Zaffaroni se le ocurrió que el Vaticano podía ayudar en luchar contra este espanto», agregó.