Asunción, Agencia IP.- En el segundo día de novenario a la Virgen de Caacupé, el monseñor Pedro Collar instó a los creyentes no ser oyentes solo de la palabra de Dios sino también a ponerla en práctica saliendo de la zona de confort. “Poner en práctica supone evitar la palabrería de una fe que no se responde con obras”, indicó.
Este lunes se cumplió el segundo día de la novena en honor a Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé bajo el lema “Al instante se pusieron en camino para anunciar a Cristo”, en el marco del año del laicado que se extiende hasta finales del 2022.
Durante la homilía, el obispo de Misiones y Ñeembucú, Pedro Collar, exhortó a reflexionar sobre la palabra de Dios en la misión de la Iglesia. “En este tiempo, fieles y pastores tenemos que aprovechar para profundizar la imagen de iglesia como pueblo santo de Dios, a la cual pertenecemos a partir de nuestro bautismo, y nuestro compromiso es la misión evangelizadora”, instó.
“El creyente no puede contentarse con ser un mero oyente, entre admirado y complacido de la palabra, si lo hace se engaña a sí mismo, pierde su identidad y se autodestruye. Poner en práctica la palabra supone hablar como los antiguos profetas, supone evitar la palabrería de una fe que no se responde con obras, supone finalmente todo tipo de maleficencia”, enfatizó.
Explicó que las lecturas litúrgicas del día indican que la palabra de Dios es fundamental en la Iglesia y en la vida de todos los fieles, y resaltó que todos los creyentes a través de la palabra están llamados a cuestionar, transformar, e ir a una acción.
Además alentó a poner en práctica la palabra anunciando a Jesús en las familias, educando a los hijos en los valores cristianos, evangelizando la cultura y el mundo de la política, saliendo de sí mismos para ser misioneros en la vida ordinaria, defendiendo la vida desde su concepción hasta su muerte natural, procurando la verdad y una justicia de bien para todos.
“Pongan en práctica la palabra promoviendo el diálogo social, trabajando para superar la cultura del descartes y la indiferencia, prestando atención al clamor de la madre tierra ante la utilización indiscriminada de agrotóxicos, y la tala despiadada de los bosques, promoviendo la dignidad de las personas, la promoción de la mujer, fomentando la organización y dignidad en el trabajo, luchar por unas relaciones económicas que posibilite una mayor equidad en inclusión social. Pongan en práctica la palabra saliendo de nuestros lugares de confort”, aseveró.
En otro momento de la prédica, el religioso se dirigió a sus hermanos sacerdotes animándolos a seguir acompañando a los feligreses en este tiempo de pandemia y sufrimientos mediante la intercesión de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, de manera a crecer en la apertura y diálogo para seguir edificando juntos la iglesia en sinodalidad.