Asunción, Agencia IP.- Casi 3.000 familias, pertenecientes a los departamentos de Caaguazú, Canindeyú y Alto Paraná, mejoraron su calidad de vida y su salud con la dotación de sistemas de agua potable y pavimentos tipo empedrado en sus comunidades por parte de Itaipu.
Estas asistencias sociales fueron concretadas en el marco del proyecto “Mejora de la calidad de vida de poblaciones rurales a través de la infraestructura vial y de agua potable”, para lo cual la Entidad destinó una inversión de USD 4.800.000.
Las obras de sistemas de abastecimiento de agua fueron concretadas en los distritos 7 Montes y San Isidro – Lado Este, de Curuguaty (Canindeyú); y Bella Vista y Tavapy, de Yhú (Caaguazú). También se instalaron equipos para provisión del líquido vital en centros educativos de Alto Paraná, tales como: Colegio Ka’arendy, Escuela Básica 415, Colegio Nacional Mariscal López, y Colegio Nacional Ramón L. Cardozo, localizados en J. L. Mallorquín.
De igual modo, se beneficiaron con estas mejoras los habitantes de los barrios Caacupemí y Virgen de Caacupé, de Hernandarias.
Cada comunidad y centro educativo beneficiado recibió el sistema de agua funcionando, lo que implica fuente de provisión, equipamiento electromecánico, instalación de tanque elevado, caseta de operaciones, extensión de línea eléctrica, red de distribución, así como el cercado perimetral.
También, mediante esta cooperación, se capacitó a las comisiones vecinales para la administración correcta del servicio.
La ejecución de las obras estuvo a cargo de la Oficina para Proyectos de las Naciones Unidas (UNOPS) y contempló igualmente la realización de estudios hidrológicos y geotécnicos, relevamiento topográfico y desarrollo de proyecto ejecutivo en las zonas de intervención, así como la elaboración de estudios hidrogeológicos y revisión de estudios existentes para la perforación de los pozos tubulares.
El proyecto puso énfasis también en la educación y empoderamiento de las comunidades; particularmente fueron instruidas las organizaciones comunitarias que tienen a su cargo la operación y mantenimiento de los sistemas de agua.
Como parte del compromiso de sostenibilidad se capacitaron responsables comunitarios en la preparación y monitoreo del cloro residual, herramienta esencial para garantizar la calidad del agua. Cada comunidad recibió un kit para medición de cloro, asegurando así el tratamiento adecuado del agua para el consumo.
En paralelo, a través de 45 talleres, los habitantes de los distritos beneficiados se han formado en temas ambientales como la preservación del medio ambiente, la importancia del uso responsable del agua potable y la organización comunitaria.
Mejoras viales
Por otro lado, y en el marco del mismo proyecto, las poblaciones de José Domingo Ocampo, Puerto Adela, Raúl Arsenio Oviedo y Juan León Mallorquín, de Alto Paraná, fueron beneficiadas con unos 7 kilómetros de nuevos empedrados que facilitan el acceso y la movilidad en la zona.
Por medio de este proyecto vial, unas 2.823 personas han obtenido un beneficio directo y cerca de 14.650 de manera indirecta, mejorando la circulación y la conectividad.