Asunción, Agencia IP.- Los enfermeros juegan un papel esencial en el sistema de salud, siendo cruciales en la atención y el bienestar de sus comunidades. En esta nota, se destacan las inspiradoras historias de Tomasa Duré y Freddy Aquino, dos enfermeros comprometidos con mejorar la salud en sus respectivas áreas, demostrando que la enfermería es mucho más que una profesión; es una vocación dedicada a cuidar y salvar vidas.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) menciona que Tomasa Duré, residente de la colonia campesina Yacare’í, ubicada a 25 kilómetros de Caaguazú, es una figura conocida y respetada en su comunidad. Su trabajo en el puesto de salud local, especialmente como obstetra, ha dejado una huella imborrable al haber ayudado a nacer a la mayoría de los habitantes del lugar.
Tomasa comenzó su carrera laboral como maestra en Yacare’í, respondiendo a un llamado del Ministerio de Educación para enseñar en escuelas rurales. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la enfermería. Esta pasión la llevó a aceptar una invitación para trabajar en una farmacia y clínica privada en Ciudad del Este, a casi 150 kilómetros de su hogar. Allí adquirió conocimientos fundamentales y desarrolló habilidades en la atención sanitaria, especialmente en partería.

Una jornada de vacunación casa por casa cambió su vida cuando se fracturó una pierna y, mientras estaba en reposo, un ómnibus trajo a una mujer en trabajo de parto. A pesar de su condición, Tomasa asistió el parto, con la ayuda de su esposo, y trajo al mundo a mellizos. Este evento reafirmó su vocación por acompañar a las mujeres en partos respetuosos y seguros.
Por otra parte, Freddy Aquino de 36 años, es otro ejemplo de dedicación y esfuerzo. Nacido en una familia de humildes comerciantes en Caaguazú, a 180 kilómetros de Asunción, logró graduarse como enfermero tras superar numerosos obstáculos. Desde 2013, trabaja en la Unidad de Salud de la Familia (USF) en la comunidad indígena de Kambay.
La comunidad de Kambay, compuesta por más de 26 familias de las etnias mbya y ava guaraní, ha experimentado significativos avances en salud y bienestar gracias al trabajo de Freddy. Inicialmente, Freddy enfrentó el reto de adaptarse a una cultura y un idioma diferentes. Sin embargo, aprendiendo el dialecto local y comprendiendo las necesidades específicas de la comunidad, Freddy ha logrado establecer una conexión sólida y de confianza.

Hoy, Freddy es una parte integral de Kambay, centrando su labor en la mejora de la salud y calidad de vida, con especial atención a los adolescentes y servicios amigables para este grupo. Su dedicación a la educación y atención en salud sexual y reproductiva ha sido crucial para la comunidad.
Las historias de Tomasa y Freddy son ejemplos vivos de cómo la dedicación y el compromiso en el ámbito de la enfermería pueden transformar vidas y comunidades enteras. Con profesionales como ellos, Paraguay continúa avanzando hacia un sistema de salud más inclusivo y equitativo.