El Reino Unido decide en las urnas si da la espalda a los conservadores e inicia un nuevo ciclo con los laboristas

Londres.-Las encuestas pronostican una victoria arrolladora del candidato izquierdista Keir Starmer, al que espera un duro aterrizaje si alcanza el Gobierno.

Hay exámenes que se retrasan hasta el último momento. Cuando en 2019 una mayoría de electores británicos dio su respaldo a Boris Johnson, el espejismo de un Brexit inacabado dejó en suspenso la urgencia de analizar los años anteriores de ejecutivos conservadores, que llevaban ocupando Downing Street casi una década.

Este jueves se ha convertido en el momento de realizar ese balance. Casi 50 millones de británicos están llamados a las urnas, y todas las encuestas sugieren que el resultado conducirá a un fin de ciclo.

Desde hace más de un año, el Partido Laborista ha mantenido de modo consistente una ventaja promedio de 20 puntos porcentuales frente al Partido Conservador en todas las encuestas.

Rishi Sunak decidió adelantar hace seis semanas las elecciones, cuando el consenso general en el Reino Unido era que se celebrarían en otoño. Nadie entendió las razones que había detrás de ese anuncio.

Los datos de inflación iniciaban su mejora, y los primeros meses del año mostraban una economía que, aunque tímidamente, comenzaba a crecer. El primer ministro era consciente de que era casi imposible remontar las encuestas, y probablemente, sugirieron algunos expertos, usó el factor sorpresa como un último cartucho, con la esperanza de poder llevar la iniciativa del debate político desde el primer minuto.

Los británicos emitirán a lo largo de la jornada su veredicto respecto a los años de austeridad de David Cameron; la desastrosa gestión del Brexit de Theresa May y Boris Johnson; el escándalo del partygate durante la pandemia o la crisis económica provocada durante el breve mandato de Liz Truss.

Sunak se ha convertido en el chivo expiatorio de un hartazgo general con el partido, aunque también purgará sus propios errores. Entre ellos, una campaña electoral errática en estrategia y confusa en el discurso.El Pais.