El papa León XIV instó a la comunidad internacional a renovar el compromiso “por la paz y el diálogo” en Medio Oriente

Ciudad del Vaticano.-El Papa León XIV instó este miércoles a la comunidad internacional a intensificar sus esfuerzos por la paz en Oriente Medio, con un llamado directo al diálogo frente a los conflictos en Irán, Israel y Palestina.

“Es fundamental que la comunidad internacional dirija su mirada a este país y renueve su compromiso por la paz y la reconciliación”, afirmó el pontífice durante la audiencia general celebrada en el Vaticano.

León XIV se refirió a la situación en Oriente Medio como motivo de atención y preocupación. “Continuamos siguiendo con atención y esperanza la situación en Irán, Israel y Palestina”, declaró ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El Papa citó al profeta Isaías al subrayar la urgencia del momento: “Una nación no debe lanzar la espada contra otra; no se debe aprender nunca el arte de la guerra”.

Durante su mensaje, pidió que el llamado a la paz encuentre eco en todos los actores implicados. “Que se escuche esta voz dirigida al Altísimo. Que se alcance la vía del diálogo, de la armonía y de la paz”, concluyó.

El pronunciamiento del Papa se produce en medio de una escalada de tensión en varios puntos de la región y mientras gobiernos y organizaciones internacionales analizan las condiciones para avanzar hacia negociaciones y ceses al fuego.

El Papa León XIV centró su catequesis de este miércoles en las curaciones de Jesús relatadas en el Evangelio de Marcos y vinculó esos pasajes con situaciones actuales de sufrimiento y exclusión. “Vamos hacia Jesús: Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!”, afirmó al concluir su intervención ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El pontífice reflexionó sobre el episodio evangélico que entrelaza la curación de una mujer con hemorragias y la resurrección de la hija de Jairo (cf. Mc 5,21-43). “Me parece que estas situaciones pueden cotejarse con un pasaje del Evangelio de Marcos, donde se entrelazan dos historias: aquella de una niña de doce años, que yace en su lecho enferma a punto de morir; y aquella de una mujer, que, precisamente desde hace doce años, tiene pérdidas de sangre y busca a Jesús para sanarse”, afirmó.

Durante la catequesis, León XIV destacó el gesto del padre de la niña, quien “no se queda en casa lamentándose por la enfermedad de la hija, sino sale y pide ayuda”. Subrayó su fe y perseverancia incluso cuando le comunican la muerte de la niña. “Cuando le vienen a decir que su hija ha muerto y es inútil molestar al Maestro, él sigue teniendo fe y continúa esperando”.

El Papa describió el momento en que la mujer enferma toca el manto de Jesús. “Con gran valentía esta mujer ha tomado la decisión que cambia su vida: todos seguían diciéndole que permaneciera a distancia, que no se dejara ver. La habían condenado a quedarse escondida y aislada”. Indicó que la fe de la mujer estableció un contacto real con Jesús: “Cada vez que realizamos un acto de fe dirigido a Jesús, se establece un contacto con Él e inmediatamente su gracia sale de Él”.

Citando a san Agustín, el pontífice expresó: “La multitud apretuja, la fe toca”. Agregó que muchas personas se acercan a Jesús sin creer realmente en su poder. “Esta mujer, silenciosa y anónima, derrota a sus temores, tocando el corazón de Jesús con sus manos consideradas impuras. Y he aquí que inmediatamente se siente curada”.

Finalmente, se detuvo en un detalle del relato evangélico: “Jesús, luego de haber resucitado a la niña, dice a los padres que le den de comer”. Según el Papa, este gesto “es otra señal muy concreta de la cercanía de Jesús a nuestra humanidad”.

La catequesis concluyó con una exhortación directa: “En la vida hay momentos de desilusión y de desánimo, y hay también la experiencia de la muerte. Aprendamos de aquella mujer, de aquel padre: vamos hacia Jesús: Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!”.