Estados Unidos advierte que abandonará la OEA si no asume un compromiso político para lograr la democracia en Venezuela

Washington.-La Casa Blanca financia el cincuenta por ciento del presupuesto anual de la Organización de Estados Unidos (OEA) y no influye en su agenda geopolítica. Esta situación se observa respecto a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela y a la crisis democrática en Haití, dos asuntos claves para la administración Trump.

El presidente brasileño Lula da Silva lidera un bloque regional integrado por Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, México, Uruguay y ciertas islas del Caribe que establece los parámetros ideológicos de la OEA.

Y en todas las votaciones clave, Estados Unidos aliado con Argentina, Paraguay y Canadá -entre otros estados miembros-, pierde sistemáticamente.

Entonces: Estados Unidos pone los fondos para que funcione la OEA, y Da Silva junto a Gustavo Petro, Claudia Sheinbaum y unas islas solventadas por China, utilizan al foro regional como un proxy geopolítico.

El vicesecretario de Estado Christopher Landau tiene profundos lazos familiares y diplomáticos con América Latina. Entiende la región, y su conocimiento personal va más allá de las expectativas profesionales: habla guaraní de corrido, y conoce el sentido de las calles en Buenos Aires.

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Por eso, su advertencia en la OEA excede al discurso formal escrito por un ghostwriter en el edificio gris del Departamento de Estado en Washington,

“Como ustedes sabrán, el presidente (Donald) Trump emitió una orden ejecutiva en los primeros días de esta Administración indicando al Secretario de Estado (Marco Rubio) que, en seis meses, revisará todas las organizaciones internacionales de las que Estados Unidos es miembro para determinar si dicha membresía está en los intereses de Estados Unidos y si dichas organizaciones pueden ser reformadas. Al concluir esa revisión, el Secretario debe informar sus conclusiones al Presidente y recomendar si Estados Unidos debe retirarse de alguna de esas organizaciones. Esa revisión sigue en curso, y obviamente la OEA es una de las organizaciones que estamos revisando», recordó Landau.

Y añadió sin levantar la voz: “Para ser bastante franco, y soy una persona muy franca, no estoy seguro de poder predecir cuál será el resultado de esa revisión. Eso es ciertamente algo que estoy dispuesto a dialogar en esta reunión para que nadie pueda decir que es una sorpresa”.

Los representantes de los estados miembros de la OEA no tuvieron que preguntar hacia adonde iba Landau cuando leyó este tramo de su discurso de diez minutos.

En los principales despachos del foro regional en DC, ya circula una planilla elaborada en el Departamento de Estado que describe los aportes previstos por la administración Trump para la OEA en 2026.

El aporte es cero. La columna de la planilla asignada a la OEA en 2026, está en blanco, vacía.

Tras describir la lógica estratégica que justificaría los recortes en la OEA, Landau planteó los casos prácticos en América Latina que validarían los recortes que el secretario Rubio ya presentó en el Capitolio.

“Veamos algunos de los casos relevantes. El año pasado, el mundo entero fue testigo de una elección robada descaradamente en Venezuela. La oposición no solo ganó abrumadoramente, sino que tenía las pruebas para demostrarlo: las “actas”. El régimen ni siquiera se molestó en disputar seriamente la validez de las “actas” o el fraude electoral. En respuesta a ese descarado fraude electoral, ¿qué ha hecho esta organización? Por lo que podemos ver, nada sustancial», describió Landau.

Y agregó: “El régimen de Chávez/Maduro ha llevado a Venezuela de ser una de las naciones más prósperas de nuestro hemisferio a una de las más desdichadas, sometiendo a su pueblo a una pobreza lamentable y represión política, y dejando a millones con poca opción más que huir. Muchos, si no la mayoría de los países representados en esta mesa son hogar de cientos, miles, decenas de miles, cientos de miles o incluso millones de refugiados venezolanos”.Infobae.