Aranceles: Lula prepara represalia pero es cauto

Brasilia.-El ministro de la Secretaría de Comunicación Social de Brasil (Secom), Sidonio Palmeira, afirmó hoy que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está decidido a aplicar la Ley de Reciprocidad Económica si los aranceles del 50% a los productos brasileños, anunciados por Donald Trump, entran en vigor el 1 de agosto.

Lula no tiene intención de llamar al presidente estadounidense y cree que el gesto tiene un carácter político, sentenció Palmeira.

El gobierno brasileño aún no ha recibido ninguna comunicación oficial de la administración estadounidense, solo la publicación de Trump en sus redes sociales, aclaron fuentes del gobierno del país sudamericano.

Según el ministro, el gobierno se pondrá en contacto con los sectores exportadores brasileños a lo largo de julio para discutir medidas de negociación y maneras de evitar pérdidas.

Sidonio también enfatizó que el Palacio de Planalto no espera que Trump ceda y que se imagina un escenario de tensión.

Según los expertos citados por el portal G1, Brasil puede utilizar una serie de herramientas legales y diplomáticas para responder al arancel del 50%.

La principal alternativa es la aplicación de la Ley de Reciprocidad Económica. La legislación autoriza a Brasil a adoptar contramedidas equivalentes en caso de represalias comerciales de otros países.

Entre las posibilidades se encuentran: a) aumentar los aranceles de importación sobre bienes y servicios estadounidenses; b) suspender cláusulas en acuerdos bilaterales y, en casos excepcionales, bloquear el pago de regalías; c) reconocer patentes de empresas o particulares extranjeros.

Sin embargo, según los analistas, una represalia inmediata antes de la implementación oficial de la medida podría interpretarse como precipitada. Se presume que Brasil aprovechará el tiempo disponible para desarrollar una respuesta proporcionada y legalmente sólida, consultando con los sectores exportadores que puedan verse perjudicados.

Si bien considera la medida estadounidense «eminentemente política y carente de fundamento económico», Brasil pretende actuar, al menos inicialmente, a nivel estrictamente comercial.

Según O Globo, el gobierno esperará hasta el 1 de agosto antes de implementar medidas concretas, dejando margen para posibles negociaciones.

Entre las medidas de represalia que se están considerando en Brasil se encuentran el aumento de aranceles a las exportaciones estadounidenses, la revocación de patentes farmacéuticas y el aumento de impuestos a películas, libros y contenido protegido por derechos de autor. El gobierno de Lula también está considerando recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC), considerando que los nuevos aranceles violan el principio de competencia leal, dado el déficit comercial de Brasil.

Tras una reunión de emergencia, según informó Metrópoles, Lula estableció un plan de acción con tres ejes. El primero: reuniones con los sectores económicos más afectados para intentar encontrar una solución común. El segundo: intervención diplomática, con el vicepresidente Geraldo Alckmin, el canciller Mauro Vieira y el ministro de Hacienda Fernando Haddad encargados de contactar a las autoridades estadounidenses. Y el tercero: el conflicto político interno, con el Planalto decidido a culpar de los aranceles a su predecesor, Jair Bolsonaro, y a su ala conservadora.

En tanto, la Confederación Nacional de la Industria (CNI) ha instado al presidente a abandonar las medidas de reciprocidad anunciadas en respuesta al aumento del 50% de los aranceles impuestos por Estados Unidos. «Abogamos por el diálogo.

Esperamos que la situación se resuelva antes de tener que considerar medidas de reciprocidad», declaró el director de Relaciones Internacionales de la CNI, Frederico Lamego, en una entrevista con CBN Radio.

Asimismo, si bien reconoce como «injustificado» el arancel, la Confederación de Agricultura y Ganadería (CNA) también exige una solución diplomática a la crisis desatada entre Brasil y Washington. «Esta medida unilateral perjudica a las empresas y consumidores de ambos países y socava un equilibrio construido sobre años de cooperación», declaró la CNA en un comunicado.

Las asociaciones empresariales brasileñas coinciden en que la justificación del presidente Trump de un supuesto desequilibrio comercial es infundada. Durante la última década, Estados Unidos ha registrado un superávit de 91.600 millones de dólares en comercio de bienes con Brasil, que asciende a 256.900 millones de dólares al incluir los servicios. Estados Unidos sigue siendo el segundo socio comercial más importante de Brasil.

En 2024, las exportaciones brasileñas superaron los 40.000 millones de dólares, impulsadas por el acero, la industria aeroespacial, los combustibles, la carne y el café. Brasil importa principalmente maquinaria, petróleo, carbón y aeronaves.

El dólar cerró con un alza del 0,72% este jueves 5,5426 reales. En su punto máximo, la moneda estadounidense llegó a cotizar a 5,6213. Tras la débil reacción del mercado, el índice Ibovespa cayó un 0,54%, hasta los 136.743 puntos. Las acciones de Embraer, una de las empresas más afectadas por los aranceles de Trump, cayeron más de un 3%.

Para justificar el impuesto, Trump citó a Jair Bolsonaro y criticó su juicio en la Corte Suprema, calificando el caso de «vergüenza internacional».AnsaLatina.