Ciudad de México.-Los equipos de rescate se movilizaban para llegar a las zonas incomunicadas por las devastadoras inundaciones que ya han cobrado 64 vidas en el centro y oriente de México, mientras otras 65 personas permanecen desaparecidas.
Durante varios días de la semana pasada, lluvias torrenciales azotaron distintos estados del país, convirtieron las calles en ríos, provocaron deslizamientos de tierra y arrasaron carreteras y puentes.
Decenas de pequeñas comunidades seguían aisladas por tierra este lunes, días después del diluvio, y sus habitantes trabajaban sin descanso para abrir caminos que permitieran el ingreso de alimentos y otros suministros.
La presidenta Claudia Sheinbaum informó que unos 10.000 efectivos de las Fuerzas Armadas fueron desplegados con lanchas, aviones y helicópteros para participar en las labores de rescate y llevar comida y agua a las personas atrapadas.
Se habilitaron albergues para los desplazados, y los helicópteros volaban constantemente para hacer llegar artículos esenciales a quienes quedaron incomunicados.
«Se necesitan muchos vuelos para entregar suficiente comida y agua», dijo la mandataria a la prensa el lunes.
Según Laura Velázquez, titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil, los estados más afectados por las inundaciones provocadas por días de intensas lluvias fueron Veracruz, Hidalgo y Puebla.
Aunque las lluvias intensas son habituales durante la temporada húmeda de México —de mayo a octubre—, los aguaceros de la semana pasada se volvieron especialmente peligrosos por la combinación de un sistema tropical proveniente del Golfo de México y un frente frío del norte, según meteorólogos.
Los habitantes de las ciudades y pueblos costeros del estado de Veracruz, atravesado por numerosos ríos, fueron instruidos el viernes pasado a evacuar ante el aumento del nivel del agua.
En varias zonas montañosas habitadas, las lluvias persistentes provocaron deslaves que arrasaron con todo a su paso.
Sheinbaum desestimó este lunes las preguntas sobre posibles fallas en las alertas tempranas o en la preparación ante la emergencia.
«Hubiera sido difícil tener información anticipada sobre esta situación, a diferencia de lo que ocurre con los huracanes», explicó, aludiendo a una combinación de factores meteorológicos imprevisibles.
El domingo los cielos se despejaron en varias regiones, lo que permitió iniciar los trabajos de limpieza y remoción de escombros con maquinaria pesada.AnsaLatina.