Brasilia.-A las puertas del Amazonas brasileño, en la simbólica ciudad de Belém, los líderes de unos cincuenta países se reunieron para hacer balance de los diez años transcurridos desde el Acuerdo de París, que en 2015 marcó el inicio de la lucha global contra el cambio climático.
La reunión de líderes precedió a las negociaciones de la trigésima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Estas negociaciones entrarán en vigor del 10 al 21 de noviembre y, según la estrategia de los organizadores, deben partir de un concepto: «la transición es irreversible».
En la visión del anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva, debería ser «la COP de la verdad», con menos palabras y compromisos más concretos basados ;;en promesas anteriores.
«Fuerzas extremistas» se dedican a fabricar «mentiras» para obtener ventajas electorales «en detrimento del medio ambiente», advirtió el mandatario brasileño al dar la bienvenida a los líderes presentes, entre ellos el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro británico Keir Starmer.
Sin embargo, la cumbre se ve perjudicada por la ausencia de muchos líderes del G20, entre ellos Donald Trump y Xi Jinping, responsables del 11 % y el 29 % de las emisiones globales, respectivamente.
La Unión Europea pretende suplir esta ausencia, decidida a desempeñar un papel protagonista en la diplomacia climática, fortalecida por un acuerdo reciente, aunque doloroso, sobre sus objetivos climáticos para 2035 —impuestos a la UE por los compromisos de Belém— y sobre los de 2040, que confirma (con mayor flexibilidad) una reducción del 90 % de las emisiones con respecto a los niveles de 1990.
«Haremos todo lo posible para que esta COP sea un éxito», aseguró Ursula von der Leyen, y afirmó que «Europa llega a Belém con objetivos climáticos claros y solidaridad con los más vulnerables. El mundo necesita una acción multilateral contundente para abordar la emergencia climática».
Según las estimaciones presentadas por el Ejecutivo europeo, la UE habrá reducido las emisiones netas de gases de efecto invernadero un 2,5 % en 2024 con respecto a 2023. Esto contrasta con el aumento de las emisiones globales, que alcanzaron los 53.200 millones de toneladas de CO2 el año pasado. Por ello, en Belém, Ursula von der Leyen abogará, ante todo, por limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius para que siga siendo un objetivo alcanzable.
Esto no será fácil, dado que el último informe de la ONU advierte que el mundo está a punto de superar el umbral crítico de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales si continúa por el camino actual.
La agenda verde «no debe representar una limitación», sino una «oportunidad», subrayó el viceprimer ministro italiano, Antonio Tajani, quien afirmó que la respuesta al cambio climático «requiere políticas de crecimiento, desarrollo y creación de empleo».
El jefe de la diplomacia italiana, en representación del gobierno de Giorgia Meloni, reiteró la postura de Italia sobre el acuerdo climático alcanzado el martes en Bruselas. «Un acuerdo ambicioso y no ideológico», enfatizó el ministro de Asuntos Exteriores, quien insistió en que las políticas ambientales deben priorizar a las personas.
La UE, por su parte, reiterará su énfasis en promover una alianza «abierta» con socios como Canadá, China y Brasil para definir una agenda global sobre la tributación del carbono, mientras que el jueves Brasil lanzará un fondo destinado a la protección de los bosques tropicales y una iniciativa para aumentar la producción de combustibles sostenibles.
Y entre un tema ambiental y otro, Von der Leyen aprovechó su reunión con Lula para reforzar el acuerdo UE-Mercosur: el objetivo es regresar a Brasil inmediatamente después de la cumbre de la UE en diciembre para la firma final.
Sin embargo, aunque se muestra unida en Belém, en Bruselas la UE corre el riesgo de dividirse nuevamente por su agenda verde. La simplificación de las directivas sobre diligencia debida y obligaciones de información ambiental pende de un hilo, con la «mayoría de Úrsula» del PPE (Partido Popular), S&D (Socialistas y Demócratas), Renew (Renovar Europa) y Los Verdes, más dividida que nunca de cara a la votación de la próxima semana en el Parlamento Europeo. A esta votación le seguirá, a finales de mes, una votación sobre el acuerdo relativo a los objetivos para 2040 alcanzado a principios de esta semana.AnsaLatina.
