Asunción, IP.- De acuerdo con el documento publicado por la organización mundial Global Financial Integrity GFI el Paraguay se encuentra en el lugar 37 entre 147 países del ránking mundial de mayores flujos financieros ilícitos, según el promedio de los últimos diez años, lo que se traduce en la limitada capacidad de recursos nacionales para financiar las políticas públicas que permitan mejorar sustancialmente la vida de los paraguayos, señala la economista Verónica Serafini.
De acuerdo al análisis presentado por Serafini, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguya (Cadep), el desarrollo presenta al Paraguay grandes desafíos ya que la mejora en las condiciones de vida está respaldada no solo por los derechos establecidos en la Constitución Nacional sino también por dos compromisos internacionales que el Paraguay asumió en 2015. En julio adoptó la Agenda para la Acción de Addis Abeba (AAAA), en la Tercera Conferencia Internacional de Financiamiento para el Desarrollo, y en septiembre se comprometió a cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ambos compromisos están articulados por el financiamiento del desarrollo.
Uno de los grandes problemas que enfrenta el Paraguay es, justamente, su limitada capacidad de recursos nacionales para financiar las políticas públicas que permitan mejorar sustancialmente la vida de los paraguayos y las paraguayas. La baja presión tributaria y la inequitativa estructura tributaria impiden que el Estado paraguayo garantice el ejercicio de los derechos y una rápida trayectoria hacia el desarrollo.
Uno de los factores que contribuyen a esta situación es la importante cantidad de flujos financieros que salen de manera ilícita del país, como constata el informe de la organización mundial Global Financial Integrity (GFI) difundido recientemente por varios medios de prensa nacional.
D e acuerdo la informe del GFI, de Paraguay salieron, según el informe señalado, 36.286 millones de dólares, ya sea por la subfacturación o la sobrefacturación de las importaciones y las exportaciones. Esta pérdida de recursos para el país causa la erosión de la base tributaria, porque estos flujos dejaron de pagar impuestos, y crea la necesidad de atraer inversión extranjera directa con exoneraciones de impuestos, lo que una vez más reduce los ingresos del Estado, señala la economista.
Asimsimo, argumenta que el principal impacto de los flujos financieros ilícitos es la reducción de ingresos tributarios, lo que afecta la capacidad del Estado para financiar las políticas públicas que permitan hacer efectiva la vigencia de los derechos.
El segundo impacto importante es de índole político. La existencia de altos niveles de flujos ilícitos socaban la estabilidad y credibilidad del sistema financiero, en particular, y de las instituciones del Estado, en general, ya que las empresas y personas vinculadas a estos flujos ejercen su influencia para: Impedir, a través de la corrupción, que las instituciones (bancos, bancos centrales, unidades de inteligencia, policía, fiscales y jueces) ejerzan sus competencias de detección, investigación y enjuiciamiento de los flujos ilícitos. Debilitar las instituciones democráticas, ya que socavan los mecanismos de rendición de cuentas y, por lo tanto, contribuyen al mantenimiento de las élites corruptas en el poder.
¿Qué son los flujos financieros ilícitos?
El informe del Comité Intergubernamental de Expertos en Financiación del Desarrollo Sostenible señala que es el “dinero obtenido o utilizado de forma ilícita y, en ambos casos, transferido ilegalmente de un país a otro, e incluye las ganancias no declaradas ante las autoridades tributarias”.
Otras definiciones más específicas señalan que el origen de estos fondos pueden ser el soborno y el robo por funcionarios del gobierno, actividades criminales, incluyendo el comercio de drogas, el tráfico de personas, armas ilegales y contrabando, la evasión y elusión fiscal, y la facturación fraudulenta y abusiva de precios de transferencia.
Los flujos ilícitos están generalmente relacionados con el secreto financiero o bancario, los paraísos fiscales, los fideicomisos secretos, las compañías nominales y las cuentas anónimas, ya que se busca transferir esos fondos a lugares donde puedan ser ocultados y blanqueados.