Asunción, IP.- A días del fallecimiento de la artista plástica Lotte Schulz, a los noventa años de edad, el Centro Cultural de la República El Cabildo recuerda la última entrevista que la artista visual concedió, en la ocasión de la muestra retrospectiva organizada por el CCR El Cabildo, para homenajearla como Maestra del Arte. A continuación la entrevista íntegra.
En abril de 2015, Lotte Schulz cumplía noventa años de vida. El Centro Cultural de la República El Cabildo, extensión cultural del Congreso de la Nación, decidió honrar a su Maestra del Arte con un acto de celebración y una muestra de homenaje a su larga y enriquecedora trayectoria. En la sala de Exposiciones Temporarias se atesoraron, durante algunas semanas, grabados, objetos de su taller, fotografías de diferentes etapas de su vida, y todo lo que pudiera aportar al imaginario de universos múltiples de la destacada artista del grabado. Todo un deleite para el público que tuvo la oportunidad de visitar la muestra.
En la ocasión, Lotte Schulz nos concedía la que sería, tal vez, su última entrevista. La artista compartió su visión sobre diferentes temas; una panorámica de sus pensamientos que continúan vivos en sus obras, palabras y silencios. “Me siento como si el tiempo se hubiera detenido, para mí no pasó el tiempo. Yo no me detengo a pensar en su paso. Yo planifico, pienso en futuro siempre. No pienso casi en el pasado. No tuve un pasado triste, a Dios gracias, así que tuve mucha suerte en la vida, que fue muy favorable conmigo. Tuve también mis traspiés, tuve también mis problemas emocionales, como todo el mundo. Uno nunca cae fuera del estribo, pero no me quejo, y agradezco a la vida porque fue positiva conmigo”, reflexionaba Lotte.
Le preguntamos acerca de los objetos expuestos, esa parte tangible del imaginario de un artista: “Todo esto es parte de mi vida, todo salió del corazón, del espíritu, de la fantasía, del cerebro, de las manos”, mencionó en un rápido repaso.
Le pedimos algunas definiciones de la vida, pantallazos de sus años de experiencia: “El amor comenzó con Adán y Eva, quién te dice si hubieran existido dos Evas y un Adán, con cuál de ellas se quedaba él. O si hubiera dos Adanes. Siempre es problemático el amor, porque hoy amo más intensamente y mañana puede que no, mañana puede que se cambie por otro. Yo no creo en el amor así, es poético, sí claro, pero ¿quién te dice que es eterno?”.
Le preguntamos si era necesario ser práctico en el amor y si el artista era invariablemente romántico: “Yo creo que sí. Nada que ver el romanticismo, ni amor ni nada. El amor por las artes, el amor por la profesión, es el más perenne. Sí, el del oficio, el del trabajo. Hay gente que se sacrifica enormemente para hacer un trabajo. Cuando no tiene luz tiene que usar vela, y lo hace bien. Sin sacrificio no te sale arte”.
Sobre el ser humano y la soledad: “Yo creo que la soledad depende de la formación del individuo. Puede que un individuo necesite confraternizar, necesita de público, necesita de espectadores. En cambio hay otros que necesitan encerrarse. Antes trabajaba colectivamente, pero ahora trabajo sola. Para inspirarme, por ejemplo, cuando cambié del papel al cuero, fue así un flash, como quien prende una luz, no medité largamente, no, fue una chispa”.
En cuanto a la independencia en la vida: “Soy totalmente independiente. Primero, que no le debo un centavo a nadie. Jamás pedí prestado dinero, tengo para vivir y no pretendo lo imposible”. En este punto, destacamos que Lotte vivió sola e independiente casi hasta el final de su vida.
“Hay gente que no descansa, que está pensando siempre en algo más. Yo no pienso en algo más. Yo pienso en el momento, disfruto ese momento”, señaló como en una suerte de crítica a la ambición desmedida. El ser mujer, ¿qué le significa?: “No me siento viviendo en un cuerpo masculino. Creo que el cuerpo tiene influencia en la mentalidad del individuo. Una mujer no puede pensar como un hombre y viceversa, a no ser que tenga doble personalidad. Yo no creo, somos de una sola pieza”.
En cuanto a lo metafísico, el más allá: “Soy existencialista, y no me hago problema con el mañana. Yo hoy vivo el día de hoy, mañana puedo no estar. Entonces disfruto al máximo que puedo este momento, y dejo los problemas para después, les cierro la puerta”.
¿Se añora alguna etapa de la vida, o cada circunstancia viene con sus tristezas y alegrías?: “Nosotros dependemos de nuestro entorno. La fruta cae vertical al tronco del árbol. No cae para allá o para acá, y nuestros problemas son así verticales al momento que vivimos, las circunstancias que nos envuelven. Aunque yo quisiera hacer otra cosa, si no da la circunstancia, no doy”.
¿Existe alguna manera de definir al arte, la inspiración?: “Es un chispazo, la inspiración es una chispa y la tenés que tomar en el momento porque después se pierde; y al tener el chispazo te viene el tema y si tenés el tema lo desarrollás hasta agotarlo, hasta las últimas consecuencias de ese tema y después agarrás viaje con otro. Porque cuando está por llegar a su final siempre te cae otra idea”.
En ese instante, nos quedamos con esa imagen expresada desde el optimismo de sus noventa años bien vividos: los finales no existen, pues tan solo marcan un nuevo comienzo, puede ser el principio de los recuerdos, los que contienen e impulsan en la certeza de un nuevo día y un nuevo universo despertando… en donde quiera que esté.