Alarma en Brasil por el crecimiento de los abortos clandestinos a causa del zika

San Pablo.-Cada vez son más las mujeres que deciden interrumpir sus embarazos ante la posibilidad de que sus hijos nazcan con microcefalia.

La situación en Brasil ya es preocupante. Es el país del mundo que más casos del virus del zika registra y las predicciones esperan que los números no aminores, al menos en el corto plazo. El gobierno había anunciado que estaba trabajando en una vacuna para prevención de la epidemia, pero hasta ahora no hay novedades al respecto.

La consecuencia quizá más importante del zika no sean los síntomas de la persona que lo padece, sino lo que ocurre con las embarazadas: si bien la Organización Mundial de la Salud aún no pudo confirmar si el vínculo que une al virus con el nacimiento de bebés con microcefalia, la mayoría de los especialistas creen que una cosa causa la otra.

Es justamente por esta situación que se desató la alerta en Brasil ante el aumento preocupante de casos de mujeres infectadas que deciden recurrir al aborto clandestino para no dar a luz niños con problemas.

De acuerdo a una nota publicado por el diario Folha de San Pablo, el costo de interrumpir el embarazo en Brasil varía de los cinco mil a los quince mil reales, según el período de gestación en el que se encuentre la mujer.

Otro de los datos que aporta la nota es que los procedimientos son pedidos por mujeres de todas las clases sociales. No son sólo las personas de clases trabajadoras las que toman esta decisión, sino también jóvenes de clases acomodadas, con estudios universitarios, que prefieren no tener hijos con problemas de salud.

Según la OMS, el virus está ahora presente en 24 países y territorios y en Brasil, donde primero surgieron los casos y el más afectado por la epidemia, ya que se contabilizaron un millón y medio de casos y hay 4.180 bebés nacidos con microcefalia.

A excepción de Brasil, ningún otro de los países afectados en el continente americano detectó hasta ahora esa relación, pero ello puede deberse a que las malformaciones sean intrauterinas y no se detecten hasta el nacimiento.