Acuerdo UE-Mercosur: altos funcionarios europeos afirmaron que es una “oportunidad histórica” para ratificar el tratado

Bruselas.- El escenario geopolítico empezó a sufrir significativos cambios desde el pasado 24 de febrero, cuando las tropas rusas iniciaron la invasión a Ucrania. La comunidad internacional busca reacomodarse ante las consecuencias que está dejando la guerra, y la Unión Europea (UE) no es la excepción.

Frente a la crisis de alimentos y energía, derivadas del conflicto bélico, en el seno del bloque continental vuelven a posar sus ojos en América Latina, con el objetivo de lograr avances que conduzcan a la ratificación del acuerdo con el Mercosur.

En el marco de una serie de encuentros y entrevistas con periodistas argentinos y uruguayos en la sede de la UE, en la capital belga, de la que participó Infobae, altos funcionarios del servicio exterior y dos eurodiputados hicieron hincapié en la necesidad de que el acuerdo sea ratificado. Todos justificaron su postura al sostener que se trata de “una oportunidad histórica”, sobre todo en estos momentos de crisis por la guerra, y afirmaron que ambas partes se verían altamente beneficiadas.

“Si se cae el acuerdo será un desastre para la UE y el Mercosur”, sentenció una importante diplomática del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), bajo condición de anonimato.

Mónica González, diputada española al Parlamento Europeo, afirmó, en tanto, que “el impacto de la invasión rusa está rompiendo paradigmas en el Parlamento”, por lo que deseó que la Comisión Europea “vuelva a mirar a América Latina” para fortalecer los vínculos con los países de la región.

Para reflejar el “mutuo beneficio” que generaría el acuerdo, los funcionarios europeos indicaron que la invasión y las posteriores sanciones provocaron una pérdida comercial de 350.000 millones de euros. “Más de la mitad de esas pérdidas se podrían recuperar fortaleciendo las relaciones con el Mercosur”, destacaron.

Sin embargo, el proyecto sigue bloqueado en el Parlamento Europeo, con Francia a la cabeza de ese rechazo. El gobierno de Emmanuel Macron aseguró a mediados del año pasado que no firmará el acuerdo de libre comercio si no se modifica para dar garantías sobre la protección de la Amazonía, que en los últimos tiempos sufrió devastadores incendios. Esto lo llevó a una fuerte tensión con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, fuertemente cuestionado por sus políticas medioambientales. Por este motivo, en Europa verán con especial atención lo que ocurra el próximo mes de octubre en el marco de las elecciones presidenciales en Brasil.

Jordi Cañas, también diputado español al Parlamento Europeo, reconoció que si el mandatario de Brasil no estuviese en el poder, “sería más sencillo” el desarrollo de las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. “No tuvo ningún gesto, lo que hizo fue enzarzarse con Macron”, apuntó. Pero, a pesar de sus críticas hacia el jefe de Estado, también cuestionó la posición de los actores europeos que siguen obstaculizando el acuerdo: “Decir que aprobar el acuerdo aumentará la deforestación es una mentira”. Y agregó: “En el fondo el problema no es el acuerdo, el acuerdo es la excusa”.

Bélgica, Países Bajos y Austria se suman al rechazo francés, que está impulsado principalmente por la presión de productores agrícolas. La indiferencia de París incluso se vio reflejada en la agenda que impulsó en los últimos seis meses, durante la presidencia que ejerció del Consejo de la Unión Europea: América Latina no estaba incluida en ninguna temática.

Para Cañas el acuerdo sería una oportunidad para los países del Mercosur para convertirse en “industrias transformadoras”, mientras que “Europa ganaría un mercado”. Además, tanto Cañas como González y los funcionarios del SEAE, recordaron que, de prosperar el acuerdo, “se consolidaría el mayor bloque económico del mundo”.

“Europa necesita mercados alternativos; es un acuerdo estratégico para el futuro de Europa, e histórico por lo que significa”, añadió el eurodiputado español.

Pese a las dificultades y al estancamiento en el que se encuentra el acuerdo desde hace dos años, los funcionarios y diputados europeos confían en que el proyecto finalmente sea ratificado. Por un lado, todos coincidieron en que la actual coyuntura, marcada por una preocupante crisis alimentaria y energética, podría hacer cambiar de opinión a los países que se oponen al acuerdo.

Funcionarios europeos consideran que las tensiones entre Macron y Bolsonaro marcaron un punto de inflexión en el proceso del acuerdo entre la UE y el Mercosur

Por el otro, las próximas tres presidencias del Consejo de la UE -que se renueva cada seis meses- estarán a cargo de naciones que sí respaldan el acuerdo de libre comercio con el Mercosur: República Checa, Suecia y España. “El objetivo para cerrar el acuerdo es fines de 2023, cuando España tenga la presidencia del Consejo”, aseveró la diplomática del Servicio Europeo de Acción Exterior, cuyas palabras fueron convalidadas por González, quien reconoció que “hay mucha expectativa” ante la presidencia que ejercerá España, el miembro de la Unión Europea que más presiona para la ratificación del acuerdo.

Según Cañas, este es “el acuerdo del que todos hablan, pero nadie ha visto”.

Tal cual está ahora, es un acuerdo de asociación, que pasaría por una votación en el Parlamento Europeo. De aprobarse allí, entraría en vigor la parte comercial, y tendría que pasar por los 40 Parlamentos para que el conjunto del acuerdo estuviese aprobado. Porque las políticas de cooperación tienen competencias compartidas con los estados. Entonces, la parte comercial, que ya está lista, es exclusiva de la Comisión Europea, pero cuando tiene partes conjuntas, como en este caso la política, necesita pasar por los parlamentos de los 27 países miembros.

“Tenemos un año para avanzar en los compromisos adicionales e iniciar un proceso de ratificación. Yo creo que es posible. Lo que tiene que pasar es que Francia cambie de posición, al menos a no abstención, y que la Comisión no tenga miedo de iniciar el proceso”, concluyó.Infobae.

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