Bernardo Arévalo, el hijo del expresidente guatemalteco que le quiere seguir lo pasos

Ciudad de Guatemala.-Bernardo Arévalo disputará el balotaje por la presidencia de Guatemala el 20 de agosto frente a la ex primera dama Sandra Torres, según una tendencia casi inamovible de los comicios de ayer difundida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

El sociólogo y diputado Arévalo, quien dio la sorpresa en la primera vuelta, es hijo del expresidente Juan José Arévalo (1945-1951).

Sobre sus espaldas recae el legado de su padre, el primer presidente democrático después de décadas dictatoriales y de poner fin a los 13 años del caudillo Jorge Ubico, un admirador de Adolf Hitler que sometió a trabajo forzado a los indígenas mayas.

Nació en Montevideo, Uruguay, en 1958 debido al exilio de su padre en Sudamérica y Francia, luego que fuera derrocado Jacobo Árbenz en 1954 por una invasión fraguada por Estados Unidos.

Árbenz fue el heredero del gobierno progresista de Arévalo, ya que en esa década se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, se dio autonomía a la estatal Universidad de San Carlos y a las municipalidades y se permitió el voto a las mujeres y analfabetos, recordó la agencia AFP.

Además, en esos dos lustros se construyeron un puerto en el Caribe y otro en el Pacífico, también una ruta para unir la capital con el Atlántico y competir con el ferrocarril de la poderosa United Fruit Company, que junto con una reforma agraria que afectaba a la empresa estadounidense, fueron los detonantes para truncar las reformas.

Arévalo, de 64 años, vivió principalmente en Francia y México y llegó a Guatemala a los 15 años. Fue vicecanciller en 1994-1995 y embajador en España entre 1995 y 1996, en el gobierno de fallecido presidente Ramiro de León Carpio.

Durante la campaña electoral como candidato del movimiento Semilla prometió seguir los pasos de su padre para mejorar la educación, reducir la violencia y la pobreza que afecta al 59% de los 17,6 millones de guatemaltecos.

Arévalo, que compite por primera vez a la presidencia, dijo que no legalizará el aborto libre -la legislación actual lo permite solo cuando está en peligro la vida de la mujer- y tampoco el matrimonio igualitario, pero no permitirá la discriminación ni estigmatización por género ni religión.Télam.

Compartir: