Bob Dylan , un poeta nuevo, un escritor de versos que caen en torrentes

Copenhague.-Por primera vez, un escritor llegado desde la cultura de la música popular entra en el podio de la literatura.

Parecía una broma infinita que se repetía todos los años en los pronósticos y ha resultado ser real en este otoño de 2016: Bob Dylan es el Premio Nobel de Literatura de 2016.

¿Cómo interpretar un fallo tan atípico? Dylan ha sido un poeta nuevo, un escritor de versos que caen en torrentes, capaces de describir un mundo que, en su momento, nadie había definido, publica el Mundo de España.

Tomó su nombre artístico de Dylan Thomas, y por ahí pueden ir los tiros. Más influencias: la literatura beatnik y el viejo cancionero popular americano, el esperpento joyceano, la evocación rural de Whitman…

Y de toda esa influencia, sale ese molde que todos conocemos como «canción de Bob Dylan»: versos casi narrativos, concretos y, a la vez, llenos de destellos de simbolismo y de juegos verbales, dedicados a amores y desamores confusos y a personajes en el límite. Y todo marcado por la musicalidad de la canción que es, obviamente, el formato del músico nacido como Robert Zimmerman.Ahora, el Nobel de Literatura subraya la importancia de aquel invento.

Las letras de las canciones de música popular, hasta ese momento, eran más cuentecillos tendentes a la moraleja y destinados a apuntalar la melodía, más que poesías. Con Dylan, ideas como la evocación y el misterio poético se convirtieron en asuntos propios de la canción. Tomemos el ejemplo de una simple canción de amor, una más, con el título más sencillo del mundo.

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