Brasil califica de “golpe” la maniobra de Maduro para mantenerse en el poder

Brasilia.-La decisión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de promover una reforma constitucional para garantizarse la conservación del poder, ha generado una gran preocupación en varios países latinoamericanos.

El Gobierno de Brasil ha calificado como “golpe” la maniobra del presidente Venezolano y el Ejecutivo argentino ha acusado a Maduro de echar «nafta [gasolina] al fuego» que ya se vive en las calles de Caracas y el Ejecutivo.

La Organización de Estados Americanos (OEA) fue más tibia, criticó el caos en el país pero no hizo referencias a la intención de Maduro de convocar una Asamblea Constituyente para que redacte una nueva Carta Magna. Colombia, que durante la última oleada de protestas ha criticado al régimen de Maduro, no se pronunció sobre su última iniciativa que, según la oposición, es una «estrategia» para demorar las elecciones presidenciales previstas, según la Carta Magna, para 2018.

«Lo califico como un golpe, otro momento de ruptura del orden democrático que contraria la propia Constitución venezolana. Esa constituyente convocada por Maduro no es como la que hicimos nosotros en Brasil [en 1988], donde todos los brasileños votaron y eligieron sus representantes”, ha afirmado el ministro de Exteriores de Brasil, Aloysio Nunes.

Nunes ha declarado que, con la iniciativa, Maduro pretende reforzar el poder del Gobierno. “Los que elegirán ahí son organizaciones sociales controladas por el Gobierno, que van a elegir representantes para hacer una constitución de acuerdo con lo que el Gobierno quiere”, ha dicho.

El Ejecutivo argentino también fue muy duro con el presidente venezolano. Desde que Mauricio Macri llegó al poder, el país austral se ha convertido en el líder entre las naciones que rechazan de forma tajante la deriva del régimen de Maduro. Macri insiste en que para él Venezuela no es una democracia y lidera o apoya todas las estrategias para debilitar a Maduro, incluida la suspensión de Venezuela de Mercosur, impulsada por Argentina.

La canciller de Macri, Susana Malcorra, que habitualmente utiliza un discurso diplomático medido, fue tajante al ser preguntada en la televisión TN por la última reforma constitucional de Maduro.  «Si bien está en la Constitución [la posibilidad de reformarla] me parece que en este momento es casi como echar nafta al fuego. Tenemos que evaluarlo, pero pareciera que todo el mundo está doblando la apuesta y no está pensando que los que se mueren en la calle, sea cual sea el color político, son venezolanos», remató.

Malcorra, que siempre ha mantenido una posición más suave que la de Macri, también quiso dejar claro que Argentina no tiene ninguna intención de derribar a Maduro desde fuera y lo único que pretende es que los problemas de los venezolanos se resuelvan en las urnas: «Quiero destacar que nosotros no tenemos una agenda destituyente; no estamos pensando en que caiga el Gobierno del Presidente Maduro a través de un esquema de golpe. Creemos que tienen que funcionar todas las herramientas existentes e ir a un esquema de elecciones en el que gane aquel que el pueblo decide que gana».

Horas después del anuncio de Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, publicó un vídeo lamentando las últimas semanas de caos en Venezuela pero evitando hacer referencia a la petición del régimen de una nueva Constitución.

“El continente pide que el país retorne a la democracia”, afirmó Almagro, apoyándose en la reciente decisión de una mayoría de países miembros de convocar una reunión de cancilleres para tratar la crisis que atraviesa el país bolivariano. «Retirarse de la OEA no le da carta blanca al régimen de Maduro para consolidarse como dictadura», condenó Almagro, refiriéndose a la carta presentada por Venezuela el viernes pasado para abandonar la organización. «Todo se podría haber evitado con elecciones, la liberación de presos políticos y la apertura de un canal humanitario”, sentenció Almagro.

El departamento de Estado de Estados Unidos también mostró su alarma por los últimos acontecimientos en Venezuela. «Estamos preocupados sobre si la llamada de una asamblea constituyente para elaborar una nueva constitución es un paso legítimo para resolver la crisis», afirmó un portavoz del departamento que gestiona la política exterior de Donald Trump. «Han decidido cambiar las reglas del juego, las cosas no les estaban saliendo así que este anuncio significa que probarán algo diferente», condenó, contextualizando la decisión tomada tras la suspensión de numerosas elecciones en los últimos meses.

 

Compartir: