Brasil perdió 1,2 millones de empleos formales y redujo la indigencia con subsidios

San Pablo.- Brasil perdió 1,2 millones de puestos de trabajo formales en el primer semestre debido a la pandemia de coronavirus, aunque según el gobierno junio mostró una recuperación del mercado de empleo, a la vez que un estudio privado indicó que con los auxilios de emergencia se logró reducir en tiempo récord el índice de miseria a niveles de 2014 y de 1980.

La reducción de la cantidad de pobres extremos en Brasil producto de la ayuda oficial a casi 100 millones de personas provocó una caída récord de la miseria, pero el verdadero agujero se produjo en el mercado de trabajo formal, donde la pandemia eliminó 1.198.000 empleos registrados.

De acuerdo con datos del Registro de Empleos de la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Economía, 37 millones de brasileños tenían trabajo como empleados formales.

Desde enero hasta junio, hubo 6.718.276 admisiones y 7.916.639 despidos, informó Télam.

Para el secretario de Trabajo, Bruno Bianco Leal, los resultados de junio «muestran que está en marcha la recuperación económica».

«Es una recuperación económica en forma de V, como anticipó el ministro de Economía, Paulo Guedes», dijo.

Si bien la pandemia continúa en ritmo parejo con más de 1.050 muertos de promedio diario desde junio pasado y en agosto puede llegar a los 100.000 fallecidos, el gobierno del presidente Jair Bolsonaro busca robustecerse con los datos, que son el saldo de contrataciones y despidos.

El sector agrícola fue el único que cerró en positivo en junio para la creación de empleos, empujado sobre todo por la demanda de China, que concentró un 40% de la exportación de materias primas brasileñas en el primer semestre.

El desempleo se ubicó en mayo en 12,9%, más de 13 millones de personas, pero la cifra llega a 30 millones de brasileños cuando se tiene en cuenta a los «desalentados», es decir, los que no tienen esperanzas y dejaron de buscar trabajo, de acuerdo al Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

El gobierno brasileño logró sin proponérselo, desde el inicio de la pandemia, batir un récord en la reducción de la miseria que había crecido desde 2015.

En diciembre de 2014, el índice de desempleo brasileño fue el menor de la historia, de 4,8%, tras la reelección de Dilma Rousseff y la pobreza extrema o indigencia subió desde 2016 un 67%.

Es en ese contexto que la ayuda de emergencia de 120 dólares por tres meses aprobada por el Congreso -contra los 30 dólares iniciales ofrecidos por el gobierno de Bolsonaro- hicieron disparar el consumo entre la clase baja y reducir la indigencia.

Un estudio del Instituto Brasileño de Economía de la universidad Fundación Getulio Vargas (Ibre-FGV) muestra que 3,3% de la población, es decir 6,9 millones de brasileños, vivía en junio con renta per cápita de 1,90 dólares por día.

Un mes antes, en mayo, la proporción de la población viviendo por debajo de la línea de la extrema pobreza era de 4,2%, el equivalente a 8,8 millones, según los datos del IBGE.

Esa marca había sido lograda en 2014 y tiene como antecedente apenas 1980, de acuerdo al estudio.

Según analistas, esta ayuda de emergencia que el Congreso aprobó forma parte del déficit fiscal récord de unos 800.000 millones de reales esperado para 2020, equivalente a unos 130.000 millones de dólares.

El gobierno prorrogó hasta septiembre esa ayuda y es, según las encuestas, la base de popularidad del presidente Bolsonaro en el fondo de la pirámide social.

El economista Daniel Dugue, de la FGV, dijo que el desafío será el regreso a la extrema pobreza de esa porción de la población más pobre que por primera vez recibió una ayuda superior a cualquier plan social de entrega directa de dinero registrado en Brasil.

El gobierno, de la mano de esta ola de subsidios, pretende cambiarle el nombre a la marca del opositor Partido de los Trabajadores (PT), el Bolsa Familia, para un plan llamado Renta Brasil, que según la alianza del gobirerno de extrema derecha y ultraliberal puede ser motivo de erosión de los votos en la región noreste donde la oposición controla nueve estados identificados aún con la imagen del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia, con 2.484.649 casos confirmados (38.252 en las últimas 24 horas) y 88.634 muertes por la enfermedad (897 nuevas), informó antenoche el Ministerio de Salud.

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